capitulo 14 :

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Se quedó callado, mirándome fijamente. Su respiración era pesada, se podía oír perfectamente. Volví a mirar las heridas de su cuerpo, parecían algo así como arañazos, mordisco y golpes. Volví mi mirada a sus ojos.

- Debo irme – me dijo de repente.

- ¿Vendrás mañana? – le pregunte.

- Sí – me contestó.

- ¿Me lo prometes? – le dije. Me miró fijo, serio.

- Yo no prometo nada, solo cumplo lo que digo.

- Justin– lo llame.

- ¿Qué?

- Te extraño – susurre levemente.

Levante mi mano y la apoye sobre el frió espejo que estaba frente a mí. Apoye mi mano justo frente a su pecho, pero sabía que no podía tocarlo, que no lo estaba haciendo.

- Hasta mañana, preciosa – me dijo.

- Hasta mañana – dije y desapareció.

Alguien tocó la puerta del baño. Recordé donde estaba y con quien. Me acomode un poco y decidí salir. Era uno de los mozos. Me miró bien y yo a él.

- ¿Sucede algo? – le pregunte.

- No, nada señorita. Solo que el señor que venia con usted me pidió que le dijera que lo perdonara, pero se tenía que ir – me dijo. Fruncí el ceño.

- ¿Qué? – dije.

- Si, me dejó esta nota para usted – dijo y me entregó un papel.

Tome el papel y el mozo se fue. ¿Por qué se habrá ido así? ¿Habré tardado mucho? Sin seguir dando vueltas abrí el papel.

Siento haberme ido así, ______. Pero llamó mi madre, mi hermana Clara esta muy mal, la internaron de urgencia. Luego te llamo para contarte todo con detalles. Lo siento de verdad. No quería que esto quedara así. Sabes que te quiero mucho y que me encanta estar contigo. Hablamos otro día, bonita.

Con cariño. Austin.

¡Oh, dios! Espero que Justin no tenga nada que ver con esto. Porque si eso llega a ser así, y a la hermana de Austin le sucede algo, el señor Diablo va a conocerme. Tome mi abrigo y salí de aquel restaurante. Lo mejor era volver a casa. Todo había sido un desastre. ¿En que problema me metí, dios mío? Debí escuchar a mi amiga cuando me dijo que no subestimara a lo que no conocía. Debí retractarme de mis palabras. Pero si no lo hubiese dicho, tal vez jamás hubiese conocido a Justin. Una fría brisa subió por mi espalda, mientras caminaba por la calle. Mi piel se erizó por completo. No era un frío normal. Era un frió extraño. Nunca había sentido algo así.

- Tranquila, no te asustes – me dijo. Mi corazón casi se salió de lugar cuando una mujer se paró frente a mí – Lo siento, no quise asustarme.

No juegues con el Diablo (Justin Bieber y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora