era verano, habían terminado las clases y acompañé a mi padre a la playa muy cerca del motel en el que nos habiamos quedado a dormir. esa noche era de las mejores del verano, cálidas y con esa brisa tan suave. él se puso en unas rocas para pescar (aúnque por mucho que le gusta y lo intenta nunca pesca nada, pero es un hobby que tiene) y yo me puse a pasear por la playa. me la recorrí entera, me senté en la arena y me puse a pensar y reflexionar en mis cosa ya que estaba preocupada por que tenía miedo de que nadie nunca me quisiera de verdad. me gusta pensar a solas, y tengo que decir que me gustó hacerlo mirando al mar, ya que normalmente lo suelo hacer mirando a las montañas desde mi habitación o desde mi jardín.
después de mi momento de reflexión fui a buscar a mi padre y volvimos al motel para descansar.
el próximo día íbamos a ir a un pueblo en la costa no muy lejos del que nos encontrábamos.