Prólogo

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Camino por el gran jardín, aun no entiendo porque le llamó así, solo veo un montón de hojas secas  también el pasto esta seco. Mi padre no deja de darle ese aspecto espeluznante a la casa y es un completo asco, no entiendo porqué no les gustan los colores. Me cruzó de brazos. Observó el cielo, si es que se le puede llamar así, no existe un sol ni mucho menos una luna, todo simplemente es oscuridad, lo único que ilumina el lugar, es una gran estrella y eso solo porque la colocó en ese lugar mi padre.

—Lele —llama mi padre—, es hora —aviso para después regresar adentró de la casa.

Mi padre es el como decirlo sin que se escuché idiota...

El rey de los fantasmas, espectros, demonios, ángeles caídos, si esos que no tienen un cupo ni en el cielo, ni en el infierno. Si suena estúpido hasta cuando yo lo digo, pero es cierto. Inclusive cada uno de mis hermanos tiene poderes o dones sobrenaturales, excepto yo, dado que no e cumplido la mayoría de edad, y para eso faltan dos meses. Mientras tanto mi padre me manda a espantar a niñatos de mierda que sólo juegan con nosotros, y hoy no será la excepción tengo que ir a sustar a unos cuantos, eso pasa por ser metiches.

Hace unos días atrás me tocó espantar a un niño regordete, que intentó invocar Slenderman. ¡Vamos eso si no existe! Solo es una leyenda que invento un loco o un amante de lo paranormal. Pero lo único que logro invocar, fue a mi. Pero veamos el lado bueno ¡me quedé con su móvil!.

Mi padre nos a dado este trabajo a mi, y a algunos fantasmas y solo para que la gente no dejara de creer que somos reales, en verdad no lo entiendo. También muchos dirán, oh los fantasmas te matarán. A otros les daría temor convivir con espectros, pero ellos son un amor y muchos de ellos son mis amigos. Bueno muy pocos en realidad.

—¡Zorra! —esa chillona voz.

Es de mi querida hermana Isabella, es una mala hija y no lo digo por dejarme como la buena del cuento, dado que no lo soy. La odio y ella me odia a mi, pero ella se encarga de demostrarme su cariño toda mi vida. Una vez intento matarme, suena horrible, pero fue cierto. Hoy en día se excusa de que fue una niña, y lo supere, que me ama como su hermana, pero no logro creerle.

—Que quieres —contestó de mala gana pero no aparto mi mirada del cielo.

—Puedes mover tu culo —gruño—. Si tan solo fueras como yo te divertirás más y no espantarias a esas personas —deje de mirar el cielo y camine a donde estaba ella.

—Y ser una puta que va enamorando a los humanos y votandolos como si fueran ropa interior, no gracias —bufé.

—Vamos, es divertido —me miro con una malicia—, como sigues siendo una virgen —la mire mal—, y nunca dejaras de serlo —susurro más para si misma.

—Y tú como eres una humana —reí—, y nunca dejaras de serlo —sus ojos se cristalizaron, me dio una mirada de rencor y se marchó de mi vista.

Si ella es una humana, nunca podrá tener los poderes que yo tendré a los dieciocho años. A pesar de ser tres años mayor, su madre la abandonó y mi padre la adoptó como su hija, pero no estoy para decir su historia. Si no la mía.

Caminé por los grandes pasillos de la mansión hasta llegar al patio delantero, donde mi padre estaba esperandome con una sonrisa.

—Es hora —me dio una hoja de papel donde tenia la información de la gente que espantaria—, recuerda que a pesar de lo que hagas no...

—No me podrán ver —interrumpí.

Sonrió orgulloso y abrió el portal.

Camine sin más a el enorme agujero azul.

«Aquí vamos», pensé.

Entré en el y inmediatamente caí en el frío semento. ¿Por qué no puedo caer de pie como otros?. Me levanté, y sacudí el polvo de mi ropa, miré al cielo para ver la luna. Cuanto añoro vivir aquí. Estaba solitaria la calle, tome el papel que contenía la información.

—Edificio El thing, departamento #201, chicos invocando con la ouija—leí en voz alta.

Mire a todos lados buscando el edificio, y lo encontré a espaldas de mi, era algo grande.

«Otros niños», pensé.

Me transporte a el pasillo del departamento, y busque el número hasta que lo encontré, entré traspasando la puerta. Caminé hasta que encontré a cinco chicos sentados en un círculo en el suelo. Tenían la ouija en el centro, pero deberían tener unos veinticinco años máximo, pero si son grandes... ¿por que hacen este tipo de cosas?. Son muy atractivos, demasiado diría yo. Pero me llamó la atención un chico de cabello castaño y unos ojos verdes profundos, me miró.

«Claro como si pudiera verme»

¿Qué miras? —preguntó uno de los chicos, este era rubio y tenía ojos azules.

—Sonará extraño pero me siento observado por alguien —dijo en un susurró y dejo de mirarme para mirar al rubio.

—Si, claro —contestó este con diversión.

—Que preguntaran —interrumpió un pelirrojo que tenía las manos en el oráculo.

—Preguntale sobre cuando tendrá una novia Manuel —todos estallaron en carcajadas.

Los miro mal el castaño.

Al parecer el que me llamó la atención se llama así

—Ya saben que no quiero nada con nadie...

Interrumpió un chico castaño que tenía demasiados tatuajes en los brazos:

—Desde que la puta esa se fue no has sido el mismo  —escupió y todos se miraron entre sí.

—Me largo —se levanto molesto y tomo su chaqueta que se encontraba en un perchero—, terminen con su jueguito de niñas —concluyó para después salir por la puerta dando un portazo.

Tengo la tentación de seguirlo, pero si no termino esto mi padre me matara. Los chicos estaba diciendo cosas en voz baja. ¡Al diablo lo voy a seguir!.

Caminé a la puerta y la traspase, después de todo hoy soy un "fantasma". Manuel aún se encontraba caminando hacia el elevador, camine al lado de él. Se veía molesto, enojado y muy triste. Aun así, es más atractivo de cerca. Se abrieron las puertas del elevador, era quedarme, y seguir mi trabajo o ir con el.

«Ir con el»

Entre con el, era más que notorio que no me podía ver. Cuando se cerraron las puertas comenzó a decir cosas extrañas como:

—Por que te fuiste —dijo con cierta melancolía—, eras una puta —sonrió melancólico.

¿Era bipolar?

Busco en sus bolsillo, y saco su teléfono, lo encendio y comenzó a llamar a alguien. No alcance a ver el número. Tampoco era muy importante.

—Drake...acepto tu propuesta...si en diez minutos estaré ahí —colgó.

¿Porque este chico me intriga tanto?. Siento que esconde muchas cosas, y también tienen algo que ver conmigo. No puedo creer esto, siempre me meto en este tipo de problemas, nunca había seguido a alguien, pensara que soy una demente, esperen... él no puede verme. También creo que si lo acompaño tendré fuertes problemas, yo no debo de sentirme así por un completo extraño, menos por "Manuel" como lo dije anteriormente es un completo desconocido.

Decidí dejar esto atrás, y saqué la piedra que me hace volver a casa. No puedo arrojar la piedra aquí, sería peligroso. Después que las puertas del ascensor se abrieran camine lejos del chico, lo miré por última vez y tire la piedra al suelo. Después de unos segundos caí en el frío suelo, sabía que estaba en Vigorius.

Tu me invocaste #wattys2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora