Parque

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Al parecer la dirección era la correcta, tocando rápidamente la puerta, una mujer mayor la abrió dejando pasar al joven.

-Bryan Mouque-

-Oh ya, eres el chico que asusta niños. Bien muchachito hay mucho que hacer aquí, Freddy te ayudará con eso- ¡Vaya y que recibida! Definitivamente, tuvo que estudiar música.

La mujer le había dicho que esperara ahí, que ¨Freddy¨ no tardaría en llegar para auxiliarlo.

No tardaron más de tres minutos cuando un joven se aproximó a él, un ¨Wow¨ se escapó de los labios de Bryan sin notarlo.

-Hola, mucho gusto; mi nombre es Alfredo, pero para amigos Freddy, para ti Freddy- Extendiendo su mano Bryan la estrechó, esta era tan cálida y... ¡¿Qué pensabas Mouque?!

Tú eres heterosexual, en un movimiento rápido la quito.

-Soy Bryan, para todos, Bryan- Una risa escapó por parte de los dos.

-Muy bien Bryan, hay mucho que hacer en esta casa ¿comenzamos? –

-Sí, seguro; yo te sigo a donde tu vayas- Bryan comenzó a balbucear.

Déjate de estupideces Mouque, tú eres un chico; a ti te gustan las tetas, no las pijas.

Pero... por otro lado, Freddy era realmente atractivo.

...

José y Alonso habían llegado a una ligera caminata en 15 minutos. El ojimiel todavía no le cabía en la cabeza que no le hayan sacado ni a un parque tan cercano.

-¿Qué es eso?- Alonso señaló una gigantesca rampa de metal, donde habían muchos niños resbalándose por ella.

-Es una resbaladilla ¿nunca te has subido a una?- Alonso negó, claramente estaba asustado, pero en sus brillantes ojos azules reflejaba asombro.

-Pues no hay tiempo que perder- José fue interrumpido por aquel pelirrojo.

-Jos espera, yo tengo miedo- Al voltear a verlo, notó que su piel estaba blanca estaba traslucida y su cuerpo temblaba, un suave tiriteo.

-No hay nada de que asustarse Alonsín. No dejaré que nada te pase-

-¿Te vas a subir?-

-Sí, me subiré-

-¿Conmigo?-

-Contigo-

Y antes de poder seguir caminando, en la mano del pelinegro sintió una extraña sensación. Al mirarla, notó que no sólo era una; su mano estaba entrelazada con la del pequeño ojiazul.

-Estoy listo-

-Entonces vamos-

En lo más alto de la resbaladilla, José a punto de lanzarse decidió ir en frente, para demostrarle a Alonso que no había nada que temer.

-Yo iré adelante-

-P-ero Jos, te vas a hacer daño- Nuevamente los orbes del pelirrojo se cristalizaban ¿Acaso eran... lagrimas?

-Ven, dame tus manos- José se posicionó delante de la gran resbaladilla, haciendo que Alonso se sentara atrás de él.

Tomando sus manos, las pasó hacia su pecho y sus piernas ligeramente enredadas en el torso del pelinegro. –No hay nada que temer Alonso, yo te cuidaré siempre-

Y al decir estas palabras, José se lanzó por la gran rampa, podía sentir una suave presión en su pecho causadas por las manos de Alonso, tomándolas entre las suyas, hizo que las levantara, dando un sutil toque al cielo.

Regálame Tu Corazón ~Jalonso Villanela~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora