Acuerdos

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Llegando a su casa a la hora acordada, José se encontró con su amigo Bryan, cabe mencionar que su vestimenta realmente era la de una sirvienta, yendo de allá para acá con un mandil y fibras en mano.

-¡Hey Mouque!- Bryan casi le cayó encima a una niña de tremendo susto que se pegó.

-Canela estúpida, casi me da un infarto- Bryan se llevó una mano al pecho, para simular su gran actuación.

-Hombre no seas exagerado y, te recuerdo que hay niños presentes que pueden escucharte-

-¿Canela?- Susurró Alonso -¿Por qué el chico de cabello bonito te dijo así?-

-Es mi apellido Alonsín, Canela Rivera- Explicó José tomando la mano del ojiazul.

-Ya había escuchado eso hace poquito, pero no me acuerdo bien-

-José, te recuerdo que vienes a estudiar a los niños raritos, no a ligar con maricas-

El ojimiel no tuvo tiempo de darle un buen puñetazo a su amigo, al mirar a Alonso, sus orbes celestes se empañaron, seguidamente salió corriendo al jardín.

-¡Alonso!-

Jos no alcanzó a tomar su mano, hizo llorar a su niño favorito –Eres un estúpido Bryan, el chico que acaba de salir corriendo es mi niño asignado y, ahora lo has arruinado-

-Hombre yo...- Bryan no terminó de disculparse antes de que José saliera corriendo tras el chico de cabello rojizo.

Al encontrarlo finalmente, no pudo resistir el impulso de ir y abrazarlo, no le gustó para nada ver llorar a Alonso y Jos sabía que en parte había sido su culpa.

Tomando asiento al lado del pelirrojo, lo tomó con sus brazos rodeándolo y dando un gran suspiro.

-Lo siento- Al ojiazul le tomó por sorpresa aquel gesto; no muchas personas abrazaban a Alonso.

-Todos son malos conmigo Jos, yo trato de ser bonito con ellos, pero siempre me tratan feo, yo soy un marica como dicen ¿cierto?-

-Alonso, nunca he conocido a una persona como tú, no dejes que lo que te diga la gente te afecta; por algo lo hacen ¿Sabes? Tratan de encontrar lo que no les gusta de ti para subir un poco su autoestima y sentirse mejor. Me dan lástima.

Y no quiero que vuelvas a pensar ni un segundo que eres algo de lo que ellos te dicen.

Eres demasiado bueno para la gente común.-

¿Demasiado bueno había dicho? Alonso no se sentía así, se sentía un tonto cuando de gente se trataba, pero con Jos era diferente; era especial.

Quizá Jos era demasiado bueno para Alonso y ya.

-Jos, yo tengo muuuuucho sueño, así grandote- El ojiazul extendió sus manos, separándolas lejanamente una de la otra, para simular la cantidad de sueño que tenía.

-Recuéstate aquí, ven- José extendió sus piernas para que el pelirrojo recostara su cabeza en ellas. Al hacerlo, el pelinegro comenzó a acariciar suavemente aquel cabello rojizo, en cuestión de minutos Alonso caía en los brazos de Morfeo.  

Tomándolo cuidadosamente entre brazos, lo cargó hasta su hogar, ya dentro; Dorothea le indicó a donde llevarlo.

Alonso tenía una habitación en aquella casa, era el único niño el cual tenía una.

Era una habitación pequeña, llena de libros para colorear y las paredes estaban tapizadas por dibujos, todos ellos hechos a lápiz, sin ningún color alguno. Cada uno tenía finos trazos, estaban sombreados y parecían ser diseñadas por manos de un dibujante ¿Acaso Alonso dibujaba?

Regálame Tu Corazón ~Jalonso Villanela~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora