Parte 1 - Cuero

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Disclaimer: Fantastic Beasts and Where To Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro.

|Capítulo 1|

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|Capítulo 1|

|Cuero|

Si hace un par de días alguien le hubiera dicho a Jacob Kowalski que había gente en Nueva York que podía hacer magia y que vivían de acuerdo a sus propias leyes en un mundo completamente distinto al de la gente que no podía hacer magia, él le hubiera dicho a esa persona que estaba loca. Hubiera sido normal para él reaccionar así, la magia no existía en el mundo del hombre que sólo soñaba con tener una panadería para poder hacer a la gente feliz con su comida.

¿Quién hubiera dicho que cuando fue al banco a pedir un préstamo para abrir su negocio terminaría metido en medio de un grave problema con magia, criaturas y una guerra a punto de estallar? Jacob Kowalski no lo hubiera pensado nunca.

¿Y quién hubiera dicho que se iba a enamorar de una hermosa y joven mujer, que además pensaba que él era interesante? Pues para Jacob, eso era incluso más improbable que la existencia de la magia.

Desde el primer momento en que la vio, si bien no estaba del todo en sí mismo pues había sido mordido por una criatura, Jacob creyó que Queenie Goldstein era hermosa. Se sorprendió cuando supo que ella podía leerle la mente, pero a la vez le encantaba. Estaba maravillado por todo lo que había aprendido sobre la magia en el tiempo que estuvo con el señor Scamander y las hermanas Goldstein.

Sin embargo, no tenía idea de en qué gran crisis se estaba metiendo. Fue arrestado junto a Newt y Tina. Fue llevado la prisión interna de la MACUSA. Le dijeron que iban a desmemorizarlo. Él no entendía bien qué cosas sucedían, pero no estaba de acuerdo con perder sus recuerdos. No quería olvidar la magia y tampoco quería olvidarse de ella. No de Queenie.

―Ahora eres uno de nosotros― le dijo la bruja rubia, cuando le ayudó a escapar de las oficinas de la MACUSA junto a los demás.

Ya era de noche, estaban en el techo de un gran edificio, escondiéndose para no ser atrapados. Newt y Tina hablaban cerca del borde del edificio, estaban planeando qué hacer con las criaturas que andaban sueltas por la ciudad. Jacob se quedó con Queenie en un refugio de aves abandonado que había ahí mismo. Se acordó que su abuelo criaba palomas.

― ¿Tu abuelo criaba palomas? El mío lechuzas― le dijo Queenie con una sonrisa, otra vez leía sus pensamientos ―. Me gustaba alimentarlas.

―A mí también― le contestó Jacob ―. ¿Son ciertas las cosas que dijo Newt sobre tu gente? ¿Sobre que no les permiten juntarse con los no magos?

―Es cierto, cariño. Está muy mal visto que te juntes con los no magos. Dicen que son malvados. Pero eres el primer no mago que conozco y eres un encanto― declaró Queenie.

―Ay ya― Jacob se sintió avergonzado ―. Yo no soy un encanto.

―Sí que lo eres, cielo― Queenie se apuntó la frente con un dedo ―. Puedo ver tus pensamientos, actuales y pasados. Así que puedo decirte que eres un encanto.

―Lamento lo que pensé la primera vez que te vi― se disculpó él ―. Es que eres muy hermosa.

―Por eso eres un encanto. Si bien muchos piensan eso cuando me ven por primera vez, casi nadie piensa en la palabra hermosa. Son mucho más vulgares― Queenie le dedicó otra tímida sonrisa. Jacob suspiró. Ella era verdaderamente hermosa. Oyeron ruidos de disturbios afuera y salieron a mirar. Había una cosa oscura despedazando todo lo que encontraba a su camino y gente corriendo por todas partes. Newt le dijo a Tina que si no volvía, ella debía cuidar sus criaturas y luego de entregarla su maleta, desapareció. Tina hizo lo mismo, pero le dio la maleta a Jacob antes de desaparecerse también.

Queenie dio un paso hacia el borde del edificio, ella iba a irse también. Jacob la sujetó del brazo. Era la primera vez que la tocaba, sintió el cuero rosa del abrigo de la bruja rubia entre sus dedos.

―No te puedo llevar, es peligroso― le dijo ella, sin mirarlo.

―Espera, no vayas, también es peligroso para ti― Jacob la forzó a mirarlo ―. Dijiste que era uno de los tuyos ¿Verdad?

Ella lo miró enternecida y le sujetó la mejilla: ―Entonces, vamos juntos. Sujétate fuerte.

El panadero se abrazó al pequeño cuerpo de Queenie y ella lo abrazó también. El mareo que causa desaparecerse para una persona que no está acostumbrado a hacerlo fue cancelado por el dulce aroma del abrigo de cuero de la bruja. Jacob sólo se concentró en sentir ese aroma mientras su cabeza daba vueltas al desaparecerse.

Continuará...

Gracias por entrar a este escrito. Si quieres leer más sobre el mundo de Animales Fantásticos, entra a mis historias "Una luz en la oscuridad" o "Amortentia a través del tiempo". Los comentarios serán apreciados

Cereza Queenie

La bruja y el panadero [QueeniexJacob]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora