Latido cuatro

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El señor Garrison escogió parejas para una disertación, disertación acerca de animales. Se supone que una disertación tiene que presentarse en el salón de clases, frente a todo el curso y se tiene que mantener una postura ordenada y acorde a la situación, pero eso no es lo que quería él.

—¡Vamos a ir al bosque de South Park! —gritó emocionado mientras alzaba sus manos al aire.

A mi lado ya no estaba Clyde, sino que se encontraba Kyle, mi pareja para este proyecto aburrido. La verdad es que Kyle no me desagrada y es bastante inteligente. Me leí todo lo que contenía en sus cuadernos cuando me los prestó y en más de una ocasión encontré la sigla "E.T.C." escrita en las esquinas de las hojas.

—Ahora... ¿Ven ese autobús afuera? —Varios se asomaron por la ventana para ver si él tenía razón—. Pues súbanse a él retrasados o llegaremos tarde —Y antes de salir del salón, todos organizamos nuestras mochilas con los útiles necesarios.

Dentro del amarillo autobús, todos gritaban emocionados por esta disertación sin sentido. En Arizona nunca teníamos estos inoportunos paseos, pero me gustaba salir de la rutina e ir a lugares a los que nunca he ido y que mejor que ir con tus amigos. Kyle iba al lado de la ventana mirando el paisaje y mostrándome cada cosa que yo desconocía; adelante de nosotros iban Kenny y Barbara o Bebe, que es como le dicen y ella me ha dicho que se siente más cómoda que le digan así. Me gusta Bebe, es simpática y hay algo en ella que me hace actuar como un idiota y me sentí mejor cuando descubrí que no era el único que se portaba así con ella.

Me quedé dormido sobre el hombro de Kyle y cuando desperté el dormía sobre mi cabeza. Lo hice a un lado para yo poder ver por el cristal y admirar el bello ambiente que se expandía ante mis ojos. Campos verdes, repletos de pinos nevados y de repente veía venados saltar entre la madera de los árboles erguidos. Fascinante.

—Wow... —murmuré sin darme cuenta.

—¿Lindo no? —Kenny se asomó por sobre el asiento y me miró achinando sus ojos.

Asentí y luego Bebe también se volteó para decirme que Kyle tenía un buen culo. Me reí y se lo miré, pero yo no creía que fuera cierto. El bus se detuvo y mi compañero se despertó.

—Bien niños, como tienen que hablar sobre animales, les daré a cada pareja un animal que buscar —decía elevando entre sus manos unas tarjetas en las cuales sólo logré ver la imagen de un águila—. Recuerden que tienen que disertar sobre ese animal, sus costumbres, que comen, cómo se reproducen y al diablo.

Fue pasando las tarjetas por cada asiento mientras sentía la vibración del bus en mi trasero detenerse. Me entregó una en donde salía una ardilla. Sonreí y Kyle también lo hizo diciéndome que sería fácil dar con ella e informarnos sobre sus características. Todos bajaron corriendo y cada paso que dábamos Kyle y yo nos daba más energía. De fondo podíamos escuchar la voz del señor Garrison gritarnos y decirnos que no nos alejemos tanto y que en todo momento debemos tener las manos tomadas.

Caminábamos por entré los pinos tomados de la mano. Yo miraba las alturas de las ramas y Kyle las raíces por si alguno de los dos veía a tal mamífero de cuatro patas. El pelirrojo apuntó a un arbusto que se movía y con su mano libre abrió la ramificación delgada de hojas dando con la cara feliz y rasguñada de Clyde. Me sentí feliz de verlo.

—¡Clyde! —le grité.

—¡Stan! —gritó Kyle al ver quién era la pareja de mi mejor amigo.

Stan el pastelero. Pensé. Me preguntaba cuándo me haría otro pastel tan delicioso como el anterior. Me miró y sonrió levemente con sus mejillas coloradas.

—Chicos, encontramos un pequeño río. Vayamos a nadar —sugirió Clyde estirando y alzando su mano agarrada a la de Stan, la cual tenía que seguir forzosamente los movimientos bruscos del castaño.

—Pero ¿qué hay del proyecto? —Kyle inquirió con notoria preocupación.

—Para algo está el internet —reclamó Donovan como si fuera muy obvio—. ¡Vamos! Será divertido.

Miré a Kyle y luego a Stan quién sólo se encargaba de desviar la mirada cada vez que yo se la dirigía. Stan era tímido y un libro cerrado, que guardaba muchos secretos. Creo.

—No tengo traje de baño —se excusó el judío. Cartman me dijo que era judío así que...

—Para eso sirve la ropa interior Kyle —Clyde rodó los ojos—. Es por acá.

Se metió nuevamente entre los arbustos y vi cómo Stan desaparecía detrás de ellos y quería seguirlo por extraño que suene. Kyle me miró preocupado y yo lo miré con parsimonia.

—Si no quieres no vamos.

—¿Para eso sirve la ropa interior? —preguntó y me guío por el camino que había dejado mi amigo glotón mientras que mi risa se mezclaba con los bramidos de los pájaros y los gritos de Clyde.

Último latido de un corazón oxidado [South Park]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora