Capítulo 9

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Alison's pov

Me desperté la mañana siguiente con la voz de Pam rebotando por la casa, y la voz de Emily haciendo doblemente eco. Observé el techo durante un rato, escuchando sus gritos y preguntándome qué hora era. Daba igual la hora que fuera realmente, pero parecía muy temprano para eso. Emily debió encontrar su camino a casa gracias a Noel.

Con la luz solar entrando a mi habitación y el sonido difícil de ignorar de alguien usando la cortacésped, decidí levantarme y ponerme algo de ropa. Mientras lo hacía, escuchaba ruidosas pisadas y maldiciones. Sólo podía ser una persona, y esta única persona decidió entrar exclusivamente en mi cuarto.

- ¿Sabes que hay esta cosa que existe llamada- oh no sé- privacidad?- miré al intruso con una mirada firme antes de terminar de ponerme la sudadera.

Emily ladeó la cabeza hacia un lado mientras cerraba la puerta.

- Aquí están tus cosas.

En sus manos, sostenía la ropa que dejé en casa de Mona, y las dejó en la cama. Sorprendentemente su voz era calmosa. Hacía cinco segundos, era los suficientemente alta como para ensordecer a un niño pequeño.

- Y tu, uh, móvil.

Vino un poco hacia mí, y lo cogí de ella, despacio, mientras observaba su cara. Estaba luchando por no conectar las miradas.

- Gracias- dije claramente. Todavía estaba increíblemente furiosa con ella.

El silencio capturó mi habitación por un largo momento. Sutilmente se dio la vuelta para salir, pero antes que llegara al manillar, volvió a darse la vuelta.

- Mira- empezó- acerca de lo de anoche...

- Ya sé que eres una imbécil y que haces drogas y que eres patética- dije- no tienes que explicármelo.

Frunció el ceño, sus labios formando una firme línea a medida que juntaba las cejas y tomaba unos indecisos pasos hacia mí.

- Solo... no digas nada.

Crucé los brazos, mirando a Emily curiosamente. Por una vez, no parecía terrorífica.

- ¿Me estás preguntando no chivarme?

- No le digas nada a mi madre o a tu padre- dijo, y su voz era tan dulce y agradable que me estaba dejando un poco confusa. Al menos su lado de súplica era tierno- sólo olvídalo.

- No me puedo creer que estés envuelta en todo eso- murmuré, mirando calmada a mi teléfono- cuatro llamadas perdidas de mi padre- y después tirándolo a la cama- ¿por qué lo haces? No te hace parecer guay si eso es lo que estás intentando hacer.

- No te acercas para nada.

Levanté las manos en exasperación.

- ¿Entonces qué?

- No losé- balbuceó- no estoy aquí para un sermón, vale? Solo he venido a devolverte las cosas y decirte que permanezcas con la boca cerrada- llevó una mano a su largo pelo y apartó los ojos.

Tal vez estuviera a falta de sueño o tal vez estaba loca, pero de alguna manera tuve el coraje de cuestionar la pregunta que había estado en mis labios desde el viernes.

- ¿Por qué me odias tanto?

Eso cogió a Emily de sorpresa. De repente parecía perpleja.

- ¿Quién dijo que te odiaba?

- Um- dije- me insultas cada vez que tienes la oportunidad. Entiendo que sea raro tener a una hermanastra de repente, aunque también es extraño para mí. Creo que hemos empezado de mala manera.

Amor contra tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora