Eran las 8 de la mañana y la reina despierta a la princesa para anunciarle que Papá y Mamá debían hacer un viaje muy largo, volverían en una semana. La princesa tenía tanto sueño que no capto bien la noticia hasta que se despidió en la misma cama a ambos padres. En ese momento sintió una libertad un tanto extraña, no debía preocuparse de la supuesta tradición.
Además, sus clases habían acabado.
Prácticamente podría hacer lo que ella quisiera.
Luego de bañarse y colocarse uno de sus tantos vestido que ella tanto amaba, Se decidió buscar a su mayordomo sin mucho éxito. Ella tenía conciencia del descanso asignado por el rey pero, conservaba la esperanza de que Kiyoshi se encontrara recorriendo los jardines. No se extrañó en exceso por su ausencia sino hasta el día siguiente cuando se supone el estaría podando los jardines durante la tarde.
Fue tanta su extrañeza que se dio ánimos de preguntarle a una de las sirvientas, en específico a quien cuidaba del mayordomo, después de todo, también tenía solo 12 años.
-Disculpe, ¿Dónde está Kiyoshi? – le dijo nerviosa.
-¿Kiyoshi? ¿El Pequeño que trabaja por aquí? – le respondió a la princesa extrañada por aquella pregunta.
-Sí, ¿Le paso algo?.-
-A decir verdad, sí.-
-¡¿Qué paso?! – se exaltó.
-Nada grave en realidad, tuvo un accidente.-
La princesa escucho atentamente la historia mientras se dirigían hacia la habitación donde residían ella y Kiyoshi.
Resulta que durante la mañana el joven mayordomo se encontraba podando la parte alta de unos árboles en el jardín delantero, para esto se subió a una escalera y con unas tijeras empezó a cortar el exceso de hojas para la llegada del verano. Sin embargo, de pronto un perro callejero pasa corriendo bajo las escaleras provocando que se cayera. Al parecer se fracturo una pierna en la parte del muslo, aunque levemente.
Al llegar la princesa se sentía muy nerviosa, aunque ya tenía le excusa para hablarle, le mostraría su libro de aves.
La Tutora del mayordomo abre las puertas anunciando la llegada de visitas.
Apenas entra, la princesa se pregunta por qué se les dice habitaciones si más bien son una casa completa, como las del reino. En espirito curioso se dispone a ver cada detalle buscando cosas que le llamasen la atención.
En el fondo se encontraba la pieza de Kiyoshi donde estaba acostado sobre la cama descansando para mejorarse.
-Hola.- dijo exaltada y contenta al entrar
El joven se llevó la sorpresa más grata de toda su vida.
-¡Hola! – dijo muy contento.
-Me contaron que te paso, que triste, espero que te mejores.-
-Gracias, ¿Qué le trae por aquí pequeña Dama?-
-No me digas así.- se río sueca mente.- Te dije mi nombre. Dilo; Minako.-
-Minako.-
-Eso.- dijo satisfecha.
-¿Qué le trae por aquí?-
-Quería mostrarte esto.- le entrega el libro.
En la portada decía 'Gran Enciclopedia de Aves de todo el mundo', tenía un dibujo de un gorrión y una carita sonriente.
En las páginas posteriores tenía una introducción donde hablaba sobre las aves y luego en cada una de las paginas un dibujo de distintas especies junto a una descripción sobre su tamaño, su alimentación, entre otras.
-Mira, este lo dibuje en la mañana. – le comenta mientras le muestra la última página escrita.
Justo en ese momento entra la Tutora con un postre para cada joven
-¡Oh, qué lindo! – Comenta maravillada.- Me recuerda a mi infancia...
Ambos chicos ponen cara de querer escuchar una historia.
-Cuando era joven, aproximadamente de su edad, también hice un libro con pajaritos, estuve casi 10 años dibujando distintas aves, más bien, con dibujos que mi padre traía de sus expediciones. Aunque este se ve mucho mejor.- dice tomando el libro de la princesa.- Incluso trae información.
Suspira y continúa.
-Ahora que recuerdo, ese libro debe andar en alguna parte, quizás guardado en el sótano, pero no estoy segura.-
-¡Y si lo buscamos! – dice la princesa exaltada.
Kiyoshi solo le mira y se ríe.
-Oh, lo siento, cuando mejores- Dice riéndose.
-Pero, mi Dama, no debería hacer esas cosas...-
-Pero nada, mis padres salieron y además te dije que no me dijeras 'Dama'.-
Kiyoshi guarda silencio.
-Mañana cuando te desocupes iremos al sótano.-
El joven mayordomo trata de no sonar muy convencido con su respuesta aunque en el fondo le agradaba mucho la idea.
-Mañana me desocupo a las 19:00.-
-¡Perfecto!.-
Luego de unos 10 minutos de charla la princesa decide irse para dejar descansar a ese joven que le visitaría en sueños más adelante.

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Hilo Rojo
RomanceUn hilo rojo conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podra romperse. Esta historia no es mia. Es un libro escrito por mi h...