One-shots FNAFHS «YAOI»

«ONE-SHOT: 09» ‹Fredoon›

No había pensado en esta pareja we, pero es genial ♡—♡

Fred Fazbear, dueño de una de las más grandes cadenas de negocios internacionales, con sus veintiséis años, seguía siendo un acaudalado soltero que volvía locos a chicas y chicos de varias edades. Sin embargo, como ya explicamos, no hay quien logre dominar a la bestia.

¿Cena con la chica a la cual intentas llevarte a la cama? Por dios, ¿Quién no aprovecharía una oportunidad así?

Además, esa chica era... Especial... Pfff, si claro.

En realidad, ella estaba comprometida, y por eso mismo el pelinegro la quería en su cama. Era como un nivel el cual pasar.

Ya en el restaurante(un tanto lujoso, aunque era el que más frecuentaba) donde habían quedado, una camarera lo saludó y lo dirigió a la mesa de siempre donde ahora se encontraba la peliazul.

—Fred.― La chica se levantó presurosa del asiento― Por fin llegas, mira, te presento a mi prometido.— Saludó la asiática sonriente mientras hacía al chico a su lado levantarse del asiento— Fred, él es...–

—Loon.— Interrumpió el pelinegro totalmente sorprendido.

El castaño sonrió de lado.

—¿Uh? ¿Ya se conocían?— La mujer parecía mas confundida que pez fuera del agua.

—¡F-Fred! A-ah, ¡Ahí! ¡Más... Más fuerte, Fred!— El ojinegro aumentó la velocidad de sus movimientos mientras que el más pequeño gemía sonoramente.

—...Algo así.— Sin darse cuenta, los nervios lo invadieron— ¿Así que comprometidos, eh?— Cambió de tema rápidamente. Los tres se sentaron en sus lugares.

—¡Si! ¿No es genial?— Se notaba la emoción en su voz— La boda será en cuatro meses, y ya elegimos el vestido, ¡Ay, es hermoso! Aunque, Mai quería...–

El pelinegro ya no escuchaba lo que decía la chica delante suyo, se había visto hipnotizado completamente por la sonrisa que le regalaba el castaño. ¡A él! le estaba sonriendo ¿¡Entienden?! Sentía que se iba a desmayar en cualquier momento.

—¿Ya decidieron qué van a pedir?— Preguntó amablemente una camarera.

—Uhm...— La peliazul tomó el menú que seguía en medio de la mesa, ojeándolo rápidamente —Una ensalada rusa, por favor.— Se decidió la mujer.

—Enseguida.— Sonrió apuntando el pedido en una libreta pequeña— ¿Señor, Fred?

—Lo de siempre, dulzura.— La chica que los atendía negaba con la cabeza con una sonrisa ante el comportamiento del pelinegro(Ya estaba más que acostumbrada).

—¿Caballero?— Le preguntó al castaño.

—Que escoja Fred por mí.― Habló por primera vez desde la llegada del chico de ojos muy inusuales. 

«Su voz ha cambiado...»

Y estaba en lo correcto, la voz del castaño sonaba con más seguridad que cuando lo había conocido. Antes era tímida y daba demasiada ternura... Pero ahora, era otro caso. ¡Por los mil dioses! Era más hermoso de lo que podía recordar. Sus labios delgados, tiernos e inexpertos, su piel blanquecina... ¿Seguiría suave?

―¿Yo?― Parpadeó unas veces claramente sorprendido.

―¿Él?― Bonbon parecía igual de confundida y sorprendida que el otro.