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-¿llegaran mis Padres?
- lo lamento joven
-no me sorprende, todos los años son lo mismo, así que llame a unos amigos, es hora de que conozcan a mi nuevo yo
Todos los años obedeciendo las órdenes de mis padres, siendo un chico estudioso, callado, el patético de la clase a pesar de las grandes cantidades de dinero que poseo en el banco, las burlas constantes de mis compañeros por la ropa que utilizaba, nunca me ha gustado la ropa de marca, mi cabello largo, decían que parecía una chica, llevaba braquets y unos horribles anteojos pero eso terminaría, enamoraria a todas las chicas con mi nueva imagen.
Cabello corto el cual me había pintado de un rubio a un negro, las gafas por lentes de contacto y sin quedar atras mis asqueroso braquets los cuales me quite yo mismo en una noche de ansiedad.
Y como había predecido a las chicas les gustaba, claro que no me recordarian como el imbécil que antes era, pero a pesar de toda esa gente aún me sentía fuera de lugar así que decidí tomar un poco.
-¿donde estoy?
Tenia la mirada borrosa, la boca seca y un horrible dolor de cabeza
-al fin despertaste, creí que estabas muerto
Trate moverme pero todo era inútil a pesar que no estaba amarrado, un miedo se apoderó de mi
-tranquilo solo te inyecta un paralizados, duerme los músculos lo cual hace que en efecto no te puedas mover, ni hablar, se me pasó un poco la dosis, pero en un rato comenzaré a ir tu asquerosa voz
Esa mujer, porque se me hacen tan terriblemente conocida pero no sabia de donde ni como
-de seguro te preguntarás que es lo que haces aquí y para que no preguntes cuando puedas, te respondere
Había una ventana, que daba vista al lo que supuse era un jardín, en la que se sentó en la orilla
- tu papá le debe mucho dinero a un bastando que se supone que es mi amigo y me mando a secuestrarte, si no fuese alguien que puede pagar bastante bien ya te hubiese matado por haberme tocado el trasero
-¿qué hiso qué?
Un tipo alto de cabello castaño, al igual sus ojos, entró a la habitación
-¿tu que diablos haces aquí? Se supone que me contratante para no ensuciarse tus delicadas manos
-lo pensé bien y no pude evitar pensar que este idiota podrá mirarte todo lo que se le dé la gana
-Maldición maick ¿quien rayos te crees que eres para vigilarme como si fuera una niña?
Esa chica me había dejado sin aliento, el solo echo de su presencia dejaba un aura de fortaleza, no podía dejar de mirarla, cada parte de ella
-ya vez ese maldito imbécil solo te mira con ojos de borrego muriendo
Saco una pistola y se la puso entre ceja y ceja
-te largas de mi territorio o te vuelo los malditos sesos
-ok, ok nena vendré mañana, te traeré algo de comer

Esto apenas está comenzando.
... G...

Apagando luces Donde viven las historias. Descúbrelo ahora