Después de algunos consejos que me dio elseñor Ollivander sobre cómo tratar a mi varita, le pagué y Fred y yo nos despedimos de él. Regresamos a donde estaban todos, y cuando llegamos George nos miró con una sonrisa de cómplice. Su mamá por el contrario estaba muy molesta y se empezó a acercar hacía nosotros.
-Fred Weasley, ¿Cómo te atreves a irte con _____ sin decir nada? ¡No puedo creer que en serio lo hayas hecho, hemos estado muy preocupados, hasta que Ron nos explicó que la habías acompañado por su varita! Oh y cariño- empezó a decir dirigiéndose hacia mi con un tono mucho más dulce.- estoy muy orgullosa que por fin tengas tu varita, ¿crees que pueda verla?
-Sí, claro- le contesté dándole mi varita
-Vaya, supongo que debe tener esencia de unicornio, ¿cierto?
-De hecho sí, ¿cómo lo sabía?
-Oh cariño, he visto muchas varitas en mi vida, ¿sabías que los dueños de varitas con esencia de unicornio son los más difíciles de convencer en unas magia oscura?
-Sí, el señor Ollivander me lo ha dicho.
-Bien, pues creo que Fred sabe lo que hace.
Dios mío, en ese momento me enrojecí más de lo que ya lo había hecho antes al igual que Fred, por suerte nadie de mi familia nos vio hacerlo, porque de lo contrario, se la pasarían molestándome.
-Será mejor que regresemos a donde están todos- Dijo rápidamente Fred.
-Sí, será lo mejor- contestó su madre.
Por fin llegamos a donde estaban sentados todos y me senté a lado de Liam, pero él solo se me quedaba viendo sin decir nada, lo más seguro es que pensaba que algo sucedió entre Fred y yo. Estuvimos ahí un rato esperando ya que esta vez Ron era el que había ido por su varita, pero él fue con su padre. Aún me sentía mal por no acompañarlo, pero no me arrepentía haber estado con Fred. Aproximadamente una hora después, nos empezamos a despedir, primero empecé con los señores Weasley, después con Ron que me dijo que ojalá nos tocara en la misma casa, ya que pensaba que en verdad nosotros podríamos ser muy buenos amigos,con lo cual coincidí, finalmente me despedí de los gemelos, que por suerte ya los empezaba a diferenciar.
-Bueno, supongo que nos veremos en Hogwarts- me dijo... George, sí, era él, abrazándome.- espero que hayas disfrutado esa varita.
Y cuando dijo esto me sonrió, me guiñó un ojo y se fue.
Voltee a ver a Fred, que me veía con una sonrisa, se acercó y me abrazó, pero no fue como cuando nos saludamos, no, esta vez fue con más fuerza.
-Espero que te hayas divertido comprando la varita- me dijo cuando se separó de mí
-¡Sí, claro! Pero creo que te divertiste más tú- le contesté con una pequeña risa
-Ehh creo que sí, pero en verdad has estado increíble, tienes mucha magia- dijo con una gran sonrisa.
Al terminar de decir esto, me volvió a abrazar.
-Te veo en Hogwarts, ¿okay?- me dijo sin soltarme.- No no, ¿Sabes qué? Mejor dicho, te veo en Gryffindor.
-Eso espero- le contesté separándome de él.
-¡Fred!- le gritó su mamá desde lejos.- ¡Ya nos tenemos que ir!
-¿Otra vez, mujer? ¡No soy Fred, soy George!- respondió con un tono muy serio
-Oh, lo siento George- dijo su madre
Fred volvió a verme con una sonrisa, con esa sonrisa que me empezaba a gustar un poco.
-Eso nunca falla, ¿sabes?- me confesó con una risa un poco disimulada.- Cuídate.
Y lo vi irse, qué curioso, no me di cuenta que me había agarrado de la mano hasta que se fue. Voltee a ver a mi familia, la cual todos me estaban viendo, genial, a ver qué se les ocurría en el camino a casa.
En el camino Liam y Charlie no paraban de decir que terminaría saliendo con Fred y que no me hiciera mensa, que todos habían visto todo, definitivamente no vieron ni 1/4 de lo que había pasado.
Llegamos a casa, y todos pusimos lo nuestro en cada uno de nuestros cuartos, voltee a ver a mi lechuza y me di cuenta que aún no le había puesto nombre, pero en realidad no se me ocurría nada. Baje a la cocina donde estaba mi mamá.
-Oye, ¿crees que me toque en Gryffindor?- le pregunté
-No lo sé, cariño, pero si en verdad lo quieres, puede que consideren meterte ahí.
A mí aún no me decían como los dividían para ir a las casas, me decían que era una sorpresa, para que cuando fuera me sorprendiera, pero yo en verdad quería saber, igual y podría hacer algo para quedar en Gryffindor. Seguí hablando con mi madre sobre otras cosas, entre ellas Fred, pero rápidamente cambié de tema.
De repente vi la hora, y vi que ya era algo tarde, así que decidí irme a dormir, llegué a mi habitación y volví a ver a mi lechuza. En la tienda me habían dicho que es macho, así que... ¿Anthony? No, no es nombre para una lechuza, ¿Roger? No, menos, ¿Sam? Dios mío no. No se me ocurrió nada bueno hasta que se me ocurrió algo, Surius, en honor a mi tío, Sirius Black, no le podía llamar igual que mi tío ya que todos piensan que es alguien peligroso, pero mi familia y yo sabemos que no es así. Listo, ya tenía nombre, lo cual creo que le gusto, porque al hablarle por el nombre "Surius" empezó a ulular alegremente. Me fui a dormir y recordé todo lo que había pasado en él día, también me acorde que aún no entregábamos las cartas de confirmación a Hogwarts, así que decidí que al día siguiente sería el primer viaje de Surius.
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Nuestro Patronus (Fred Weasley y tú)
FanfictionHola, Soy ______ Black, posiblemente conozcan a mi tío, Sirius Black, ya saben, el padrino de Harry Potter (Gran amigo mío por cierto), pero esta no es la historia de Harry, sino la de un Weasley y mía.