Your eyes on me, darling • [ Nagisa Hazuki ] En proceso.

6 / parte 3

24/3/2017

Okey, esta es la lista para comprar.
Me mandaron a mí y a Nagisa.

Imagínense, un viaje de 15 minutos con él, pero parecieron una eternidad.

- No vamos a llevar eso -lo miré-.

- Mouu, ¿Porqué no? Son dulces - hizo puchero y miré para otro lado-.

- Si, ya sé que son dulces. Pero no podés llevar tantos, ¡Vas a morir con todo eso! -señalo el carrito con un ¿70-80 %? De dulces, y lo otro con un par de cosas de la lista-.

- Eso es porque no me conoces -me sacó la lengua y yo le saqué el dedo del medio- ¿Así que jugas sucio eh? -lo miré con duda-.

No entendí.

Agarró una botella de gaseosa que había al lado de el, la abrió, y me lo tiró.

Te pasaste querido, te pasaste.

- ¿¡Qué hacés!? -Agarro un paquete de nueces, lo abro y se las tiro-.

- Hey, eso no vale -.

Salgo corriendo, y él me sigue con el carrito.

Me pierdo, estoy en la parte de lácteos, agarro una leche y la abro. Siempre hay que prepararse ante cualquier amenaza.

- 1 2 3 4 Nagi quiere jugar contigo -lo dijo con una voz escalofriante- 5 6 7 8 Nagi quiere verte -abro los ojos y miro para todos lados, pero aún así no lo veo- 9 10 ¡Nagi te encontró! -siento como cae arriba mío harina-.

Me limpio los ojos como puedo y veo que se está riendo atrás mío.
Me doy vuelta y le tiro la leche.

- ¡Está fría! -lo miro y me empiezo a reír-.

- okey okey, no más juegos -me acerco a el y agarro yerba que había en el carrito y se la tiro-.

- se mira y se empieza a reír - ¿No más juegos Yuu? -me extiende el dedo, simbolizando "la Garrita"-.

- No... Más... Juegos... -trato de decir pero no puedo porque ya estoy llorando de la risa; aunque aprieto mi dedo con el de el-.

_

- ¿¡QUÉ HACEN ASÍ!? ¿¡QUE PASÓ!? - Nos preguntan todos, aunque el que más se molestó fue Rei, seguido de Makoto-.

Habíamos vuelto a la cabaña, pero caminando, ya que no podíamos ir en la camioneta por la suciedad.

Gracias a la alegría de Nagisa, y a su "inocencia y carisma" sí, así es como lo llama él, nos dejaron ir con todo lo de la lista. A cambio prometimos no volver nunca más.

- Solo queríamos ver la calidad de los productos -dije. Sí, lo sé, soy una gran comediante; Oh.. basta... Basta de aplausos-.

- ¿Esto es de enserio? -Nos miró desafiante Mamakoto. Aunque creo que los dos estábamos cagados de miedo mal-.

- ¿Quién fue el que empezó? - Dijo Rei molesto-.

Ninguno contestó.

- Lo voy a repetir una vez más, quiero que contesten. ¿Quien fue? -.

- El -lo señale al mismo tiempo en el que Nagisa me acusaba a mí-.

- ¿Qué? Fuiste vos la que empezó todo -.

Paren paren paren todo. ¿Me está hablando de enserio?

- ¿Me estás hablando de en serio? ¡Vos fuiste el que tiró la gaseosa primero! -.

- No, yo no fui -.

Lo quiero matar.

Gente, está mintiendo... MINTIENDO.

- A no, yo así no puedo. ¿Porqué no te vas a la mierda? -le dije seria-.

- Yuu, no hables así -dijo Makoto-.

- Exacto, no me hablas así -.

- Cállate, no te metas en donde no te llaman rubio -lo miré mal y me fui al patio-.

Agarré la manguera para poder sacarme un poco las cosas que tenía encima así me podía bañar adentro.

Es mentira, es mentira. ¿Pero quién mierda se cree? ¡POR FAVOR! UN POCO MÁS DE DIGNIDAD MAMITA.

Si vas a mentir hacelo bien. Tipo, el chabón estaba ahí, me tiró gaseosa de la nada y después me dice que soy yo, i n c r e i b l e.

¡Pero anda a laburar! Me sacan, me sacan.

"Ixicti ni mi hiblis isi" Cállate decorado de cuarta.

Paciencia necesito, pero mucha, muchísima, ¡demasiada diría yo!

Ahora por su culpa seguramente me resfríe por estar acá afuera, en el medio de la casi noche, limpiandome con una manguera.

- Y-Yuu -me doy vuelta y veo que está Haru y Kou-.

Ay no, me escucharon. Creo que estoy roja, por el momento y por la ira. Igual no creo que hayan entendido nada porque dije eso en español.

- Perdón, solo qué, agh -cierro la canilla- me voy a bañar -paso por al lado de ellos dos y subo a la pieza-.

La hora de la comida pasó en silencio. Fue realmente incómodo.
Él estaba en una punta y yo en la otra.

A veces nos mirábamos, parecía que nos estábamos matando con lo que no podíamos decirnos.