Oficialmente mayor - Parte 1/2

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Desperté por culpa del sonidode la puerta...<<aggg>>...estaba en estado zombie. Miré mi celular y eran las 8:30 am. ¿Quién visita a estas horas un día sábado? Me levanté como zombie y me puse mis babuchas de conejito y mi bata de seda rosa. Bajé las escaleras casi adormilada y me dirigí a la puerta.

Cuando abrí, me encontré con un par de ojos verdes que al verme, comenzaron a llenarse de diversión. Era Stefan...pero...¿Por qué me veía divertido? Mi cerebro procesó esta información y en 5 segundos tuve la respuesta: <<¡¡ESTÁS EN PIJAMA, CON BABUCHAS DE CONEJITO Y CARA DE ZOMBIE!!>>

Cerré rapidamente la puerta como una reacción involuntaria, pero me dí cuenta que le había dado un portazo en la cara. Así que rápidamente reaccioné y la abrí sintiéndome avergonzada por todo.

-Lo siento...es que me sorprendió que vinieras a estas horas...por cierto, ¿qué haces aquí? - la mitad de mi cerebro estaba aún durmiendo.

- Me dijiste que viniera por tí cuando me dirijiera a casa de Elena, y eso hice...-miró mi rostro de zombie-... pero lamento si te desperté muy temprano...

- No te preocupes, mas bien ¿puedes esperarme unos 15 minutos?

- Claro, no hay problema.

- Gracias. ¿No quieres pasar a esperar en la sala?

- ¿Me invitas a pasar, sabiendo que soy un vampiro? - Me miró medio asombrado.

- Claro. ¿Por qué no? Ni que fueras el conde Drácula...- Ambos reímos por mi comentario.

- Agradesco tu confianza hacia mí Alex. - Me sonríe.

- Yayaya...deja la diplomacia y entra. - Lo guié hacia la sala y le señalé la cocina. - Si quieres algo de comer, esa es la cocina...pero solo tengo comida humana.

- No te preocupes, ya desayuné. - Un escalosfriós me corrió por el cuerpo al imaginarlo desayunandose a alguien. Y él lo notó y su expresión cambió por una preocupada. - Tranquila Alex, no me alimenté de alguien...digamos que mi dieta está a base de otros seres.

- ¿Animales? - Dije con un tono sorprendido y a la vez triste, que el notó.

- Se que suena horrible...pero es mejor que alimentarse de humanos. Además, no los mato al alimentarme. Solo tomo lo necesario. - Me relajé - Te guastan los animales. ¿Verdad?

- Dime a quién no...son tan adorables y llenos de vida...es envidiable.

- ¿Tienes mascotas en Manhattan?

- Tenía un Yorkshire pero...- Recordé a Twinie, mi pequeño amigo que murió hace 2 años. - Se llamaba Twinie. Era un Yorkshire muy cariñoso.

- Lo lamento.

- No te preocupes, es el ciclo de la vida.-Me calle un momento. - Vuelvo en 15.

- Está bien.

Me apresuré a ponerme unos leggins negros de cuero, una blusa de gasa color turqueza y una chaqueta de cuero negra. Me lavé la cara y los dientes, y cepillé mi cabello para dejarlo suelto. Luego, bajé las escaleras para prepararme un desayuno rapido pues me quedaban unos 5 minutos más. Pero al llegar al pasillo, sentí un olor delicioso proveniente de la cocina. Al entrar, vi a Stefan preparando algo de comer.

- Al parecer, si tenías hambre. - dije.

- No es para mí, es para tí. Deducí que no habías tomado desayuno, así que me tomé la libertad de preparartelo.

- Gracias Stefan, no tenías que molestarte en prepararlo.

- Me gusta cocinar, sobretodo comida italiana.

Amor con Colmillos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora