Esto no es poesía

Preguntas

¿Cómo pretendes que no llore?

¿Cómo esperas que te crea tras las verdades no del todo ciertas que se te escapan cuando te ilusionan mis palabras y te acobardan mis impulsos?

Explícame, ángel, como puedo comprender esas letras, esas que no lograría relacionar para formar algo coherente ni aun siendo algo más lista de lo ciega que estoy.

Dime, ¿a qué crees que espero?

Podría estar llorando y meciéndome en fantasías al dormir, o ronroneándole a una yegua para que me perdone y pueda dejar de rogarle después de tantos años.

Podría volver a ser el espejismo de aquella chica que jamás recordaba su verdadero apellido, aquella que al escribirlo lloraba, y llorará.

O tal vez ser la sombra que espera en el cementerio hablándole a los cadáveres sobre la vida cuando ella está más muerta de lo que ellos podrán llegar a estarlo jamás.

Tal vez cortarme las uñas. Tal vez el pelo. Tal vez las venas para poder llorar sintiendo algo más que repulsión por lo transparente.

Pudiendo hacer tantas cosas, ¿por qué crees que sigo esperando?

Ángel, ¿pretendes ponerme a prueba?

Como siempre os expliqué a los seres divinos, yo soy una simple mortal. No pretendas poner a prueba a alguien que vive en un truco de magia constante, a alguien que juega con espadas y no pretende no cortarse.

Si nosotros, ser divino, tenemos virtudes por ser mortales, te puedo asegurar que las mías son mentir, matar y añorarte. A pesar de ser pecado reconocer tus puntos fuertes, te prometería que por matar mataría, si usted, querido ángel, prometieseis que algo de todo esto cambiaría.