Hoy el viento me vió tan perdida
que decidió inspirarme.
Me vió tan sola
que decidió acompañarme.
Me vió llorar
a alguien que no debía,
y me regañó,
por no haberme dado cuenta
de que no me merecía.
Hoy el viento arrastró un periódico a mis pies.
Me apagó la luz,
para que leyese con el corazón
y no con la razón.
Hoy el viento, me hizo aprender,
aprender, que ser fuerte
no significa aguantar peso físico,
y aprender, a que lo anímico pesa por cinco.
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Esto no es poesía
PuisiAquí escribo todo lo que se pasa por mi mente. A veces parece poesía, otras veces lo es. Solo son pensamientos.