Doce

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Luke y su gato xd ⬆

...

Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.

: : Capítulo doce | Debilidad.

A mi carcelero le apodaban "texas hell". Me habría intimidado el nombre de escucharlo y de ver a la persona si no hubiese estado tan malditamente drogado a cada hora de mi vida. Lo conocí un par de horas después de haber entrado al psiquiátrico.

Era un tipo que medía un metro noventa y algo de alto. Desgarbado, pero su gélida mirada podía congelar tus bolas más rápido que el beso de una suegra. 

Cabello rubio sucio y nariz aguileña. Tenía un tatuaje delincuente cruzando toda la extensión de su brazo izquierdo. Una especie de serpiente gigante sacada de las amazonas envuelta en rosas y espinas. Era un poco grotesco si te fijabas en que la criatura estaba terminando de devorar una pequeño ratón en su hocico, sangre esparcida por su boca y cuerpo, salpicando a las rosas. Se veía tan real. Era un tatuaje perturbador. Y él no trataba de ocultarlo.

No, como que parecía querer enseñármelo cada vez que se presentaba a mi lado. Una clase de implícita amenaza.

Mi depredador.

Yo, una indudable presa.

Me traía las comidas, me sacaba cuando era hora del paseo diario. Y me daba cada maldito medicamento si me ponía demasiado "alterado" para mi propio bien.

Después de un tiempo logré entender que el hombre no era un enfermero egresado de alguna universidad de medicina ni nada por el estilo. No. Al hombre que le encargaron mis medicamentos, mis inyecciones y controlar mi enfermedad no era un profesional en el ámbito en ningún sentido. El tipo realmente era carcelero de prisión.

Y yo obviamente no era un enfermo más del sanatorio. No.

Era un condenado criminal que lo declararon loco.

Pero un criminal al fin.

Eso me ayudó un poco a asimilar las miradas de miedo y en algunas ocasiones de lleno terror que la gente me dio el día que volví a mi casa. Era un barrio pequeño.

Algo pasaba y todos ya lo sabían.

Y cuando el temido criminal juvenil volvió a sus pacíficas vidas se sintieron amenazados.

No los podía culpar.

Pero aún así odiaba a cada maldito cabrón. Imagina cuando Sammy me vio y me habló tan altaneramente como me había hablado durante todos los años que nos conocimos.

Ni un atisbo de miedo. Nada. Solo... pura indignación flameando en sus ojos. Fue hermoso, casi sublime. Y mi corazón martilló tan fuerte que sentí que salía de mi pecho cuando caí en cuenta de mi realidad.

Ella era, irremediablemente, mi única salvación.

E iba a pelear por ella. Al carajo todos los demás. Y Oliver no me ganaría su amor nunca más.

Luke's ReturnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora