2. La Fiesta (parte 1)

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Entre a la casa. Por lo visto papá aun no ha llegado, de ser así ya hubiera preguntado que me pareció mi futuro empleo. Lo que si logro escuchar es a mamá en la cocina, de seguro esta con Melissa mi hermana. Me asomo para ver que están haciendo, y las veo a las dos comentando sobre un recetario de postres. Mi mamá es de cabello castaño lacio hasta el cuello con ligeras ondulaciones en las puntas, es delgada de ojos verdes. Para su edad aun es muy guapa. Mi hermana de quince años es la versión de mamá en joven, a diferencia de que su cabello es más largo y sus ojos aun más llamativos que los de mamá. Mamá se fija de que estoy mirándolas y se dirige hacia mí.

-  Pero miren si es mi hombrecito – me dice con un tono tal si fuera bebe – que te pareció el trabajo de papá , ya me dijo que tuvo un asunto que atender y que por eso te traería Roberto- 

-     Bien, es de verdad interesante… – miento, no le diré que lo único que me gusto es que Roberto me enseñara a manejar un arma, ya que de seguro se lo prohibiría.

-    Qué bueno hijo, tu tan trabajador- me adula

-  ¡Ja! ¿Trabajador? - se burla mi hermana – si se la pasa todo el día enfrente de ese estúpido ordenador –

-  Quien pidió tu opinión entrometida – le digo enojado, así siempre es ella busca una forma de dejarme mal frente a nuestros padres.

-   ¡Ya! Niños – interfiere mamá

-   Lo que vine a decir es si me das permiso de salir en la noche con Oscar a una reunión – le digo a mamá.

- Otra de esas conferencias frikis de videojuegos, comics y anime – me dice en tono burlón Melissa.

-   ¡NO! – le digo, aunque tiene razón, las únicas veces que salgo son para convenciones de videojuegos  y para trabajos del colegio. – Es para ir una fiesta de un compañero del colegio, y aparte del permiso te quería pedir algo de dinero para comprar ropa de salir- Y de verdad que necesito, solo tengo puras camisetas estampadas, ninguna para una fiesta. Y si quiero presentarme con Anna no me atrevería a hablarle con una de esas camisetas.

-  ¡Claro que si hijo! – me dice mi mamá. Creo que al no estar acostumbrada a que le pida permisos para fiestas es el motivo de su entusiasmo.

Subo a mi cuarto. << Bueno…  -pienso- ya tengo el permiso, ahora solo tengo que hablar con Oscar para que me acompañe a comprar algo de ropa >>. Al entrar está completamente en penumbras, debido a que no me gusta mucho abrir las ventanas. Ropa tirada en todo el suelo, la cama desordenada, a un lado de esta se encuentra mi centro de diversión, mi vida, el ordenador. Con botellas de refrescos, y bolsas de papas fritas ya vacías en todo su alrededor. Me siento en la silla giratoria que está enfrente del escritorio, saco mi celular y le mando un mensaje a Oscar diciéndole que nos veremos en el centro comercial para que me compre ropa. No pasan unos minutos cuando me responde.

 Oscar

Ok, Charly. Pásate a mi casa de ahí nos vamos. Ah… y otra cosa, creo que es mejor que le digas a tu mamá que te quedaras a dormir en mi casa, ya que de seguro acabara la fiesta terminara tarde.

P.D. ¡Algo me dice que será la mejor fiesta del año!

Conozco a Oscar desde el jardín de niños, ha sido mi mejor amigo desde entonces. Le gustan las mismas cosas que a mí, con la única diferencia de que él es más amigable y divertido que yo. Es algo así, como… un hermano. Desde que entramos al bachillerato a deseado estar en esas fiestas donde hay alcohol y una gran cantidad de chicas. Pero debido a que a la mayor parte del tiempo se junta conmigo, no ha tenido mucho éxito con que lo inviten. Creo que esa era su desesperación que aceptara, y ahora que lo pienso ha sido un poco egoísta de mi parte haber aceptado la invitación por el único motivo de querer conocer a Anna.

Mi Vida En Días OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora