Ben nunca había sido un chico de fiestas. Si, le gustaban, pero para él no era una necesidad salir todos los fines de semana a bailar o hablar con chicas que jamás volvería a ver en su vida. A veces prefería quedarse en casa y ver películas con su hermana. U organizar algo pequeño entre amigos con un par de cervezas y talvez mirar un partido.
Él no esperaba que sucediera nada fuera de lo común esa noche. No creyó que fuera a llegar a casa después de las tres de la mañana. Y aún menos imaginó que no regresaría sino hasta las 10.
Pero sin duda lo que menos esperó fue a la chica que lo esperaba de regreso a casa. Samantha Mir era algo que simplemente jamás pudo haber predicho. Ella en sí era impredecible. Y eso era todo lo que él necesitaba.*
Sam se sentía agotada. Y sabía que si se quedaba un segundo más en cama se rendiría y no asistiría a clase. Pero no era eso lo que quería, hace poco se había propuesto a si misma comenzar a ser más responsable con la escuela. Le gustaba eso, proponerse cosas nuevas.
A veces le daban ganas de ser la chica que se leyó la saga de Harry Potter en tres días. Otros la que organizó esa increíble fiesta el último día de exámenes. Y hace poco le dió por ser la chica responsable de la clase, lo que le estaba resultando más difícil de lo que imaginó. Tenía que entregar un trabajo de escritura creativa para ese día, y aún no escribía una sola palabra. Le hacía falta un milargo.
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Mundos Cruzados
Nouvelles"El chico no se podía creer que eran las siete de la mañana y él caminaba sólo y descalzo por la acera, después de la noche más extraña de su vida. Debido al cansancio, casi no nota a la linda chica que sumida en su propio mundo, miraba el amanecer...