capítulo 4

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Otro capítulo más editado gracias a mi gran beta 😍😍😍

LA SOLEDAD DE LA TRAICIÓN CAP. 4

Terminé la limpieza y me di cuenta que aun era muy temprano, la ansiedad crecía en mi en cada momento. Era miércoles y ya estaba exhausta, necesitaba deshacerme de estos nervios así que cambié mi ropa por una más cómoda, para salir a correr. Tomé mis auriculares y salí en dirección a un parqué que esta muy cerca de casa.
Llevaba dos vueltas cuando mi mente empezó a pensar en aquello, dejarlo ir, ¿de qué manera podría llevar eso a cabo? No me atrevía a hablarlo de frente con él. Aun recordaba la última vez qué  eso pasó, el amor había crecido en mi un poco más, y tendría que idear otra forma. La musica sonaba, pero de pronto me encontré recordando aquello.

Un año antes

Después de mandar aquel mensaje me encontré inquieta todo el día, llegué a mi apartamento cerca de la hora prevista y  me senté en el sofá a mirar televisión un rato.

El timbre sonó y me puse de pie, caminé hacia la puerta demasiado nerviosa, traté de calmarme. Había tomado una decisión y tendría que ser firme. Suspiré antes de abrir, él me miró y yo le dejé pasar. Caminé detrás de él y nos sentamos frente a frente en los sofás          

–Estás aquí,- dije tratando de olvidar mi nerviosismo, él sólo me miraba. No pude más, y le dije, –Eres casado y...diablos –suspiré desviando mi mirada al techo,  tenía las piernas  debajo de mi así que no me precate de cuando él se sentó en la mesita de centro justo frente a mi, hasta que escuché su voz. 

–Si me llamaste es por que tomaste una decisión,– lo miré y aquel nerviosismo se esfumó por completo.

–Si va a suceder esto entre nosotros... ¿de que va?– dije, tentativa y con duda. –Eres casado así que no será normal... Sólo sé que no puedo borrarme el recuerdo de esa noche,– muerdo mi labio y luego suspiro rendida,  decidiendo  mirar el suelo.

–Sí, sí lo estoy. Aun que debo admitir que yo tampoco puedo sacarte de mi mente.–- aquello me golpeó un poco mas fuerte de lo que esperaba, no lo pude evitar y sonreí mientras me atrevía a preguntar.

– Okay, dime tus condiciones y veré si puedo con ellas. –alzó el rostro hacia mi y la sorpresa estaba en sus ojos

–No podré verte todos los días, a veces vendré sólo por sexo y no puedes llamarme cuando quieras,–

–No hay problema con lo de no verte, y sexo yo también lo quiero, las llamada sólo pon una hora y la respetaré,– de verdad estaba metiendome en esto.

— Después de las 4 no llames, después de esa hora si sucede algo yo te llamaré,–esa sonrisa de medio lado aparecía poco a poco en su rostro.

— Una sola condición de mi parte,- dije y él me miró muy serio, — Quítate el anillo cuando estes aquí.

No quería mirar su mano y saber que le estaba ayudando a traicionar a alguien, aunque me engañe a mi misma con eso. Más sin embargo, el hizo lo que le pedí. Se lo quitó y lo guardo en la bolsa del pantalón. Satisfecha por su acción, me puse de pie y tomé su mano llevándolo conmigo.

–Sala, comedor, cocina. –dije mientras señalaba los lugares, esos tres estaba en el mismo sitio pues era un concepto de espacio abierto, teníamos que tomar un pequeño pasillo y pasar una habitación a la derecha que era la de invitados, luego el  baño en una puerta a la izquierda antes del primer cuarto y al fondo mi recámara con baño propio.

–El departamento es un regalo de mi madre, - murmuré y antes de abrir mi habitación lo acerqué a mi — Quiero esta noche contigo, - dije pegando mi nariz cerca de sus labios, él me miro y sonrío.

La soledad de la traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora