EL JUICIO

7 2 8
                                    

Con la mente destrozada y el alma muerta, el escritor despertó de la inconsciencia que el tormento del pasado le había impuesto, solo para encontrarse en lo más profundo de la caverna de la desolación. Frente a él estaban tres estrados y detrás de ellos unos seres sin rostro. Repentinamente uno de ellos pregunto:
- ¿Quién eres? -
- Mi nombre es.... -
No pudo terminar la frase ya que el ser volvió a preguntar con voz más fuerte - ¿Quién eres? -
- Soy un humano - respondió tímidamente el escritor.
Enfurecido el ser volvió a hablar - ¡NO SE TE HA PREGUNTADO TU NOMBRE O ¿QUE ERES? SE TE HA PREGUNTADO ¿QUIEN ERES? -
De pronto el cuello del escritor fue presionado con una extraña fuerza que lo obligó a caer de rodillas, repentinamente algo llegó a su mente que lo hizo gritar de desesperación.
- ¡SOY LA BESTIA! ¡SOY LA BESTIA QUE ANIDA EN MI PROPIO CORAZON Y QUE ME ATORMENTA CON UN PASADO SIN IMPORTANCIA¡ - la presión del cuello cesó casi al instante y las lágrimas del escritor comenzaron a  rodar por sus mejillas mientras continuaba diciendo - soy aquel que se desprecia a sí mismo por el hecho de ser diferente al resto. Soy el alma llena de perdición que existe en cada ser humano que ambiciona por el simple hecho del deseo sin sentido. Soy el deseo oscuro. Soy la encarnación de aquello que no puede ser posible y aun así me aferro a seguir aunque dañe a todo lo que está a mí alrededor. ¡SOY LA OSCURIDAD PERO TAMBIEN LA LUZ! Puesto que he venido a este lugar dispuesto a enfrentarme a mi mismo aunque  esto sea el fin de mi propia existencia -
Ante esta respuesta el ser bajo de su estrado y colocándose frente al escritor habló.
- Yo soy tú y tu eres yo, soy aquella parte de ti mismo que te apresó en la desolación y que nunca habías aceptado hasta hoy, soy la sombra del tiempo que existe en ti y nunca te abandonará - de ese modo el ser terminó fusionándose al escritor.
El segundo ser no dijo nada y se quitó la capucha que cubría su vacía faz, en ese momento cientos de voces comenzaron a resonar por todo el lugar, cada palabra era un desprecio, una humillación y critica al escritor. Cada palabra no solo lo hería espiritualmente sino físicamente ya que su cuerpo comenzó a sangrar, trató de no escuchar tapándose los oídos pero las voces entraban directamente a su mente. Repentinamente entre el interminable bullicio reflexionó que tales palabras no podían hacerle nada, así que dijo - ¡Ahora sé quién eres! ¡Eres mi propia inseguridad! Eres todas las palabras que  deseo nunca escuchar y que sin embargo imagino que dice la gente a mis espaldas -
Sin más que hacer el segundo ser se evaporó en el aire. En ese mismo instante el tercer ser se despojó de su túnica dejando ver la imagen de una bella mujer que de inmediato reconoció el escritor.
- Eleonor- dijo asombrado el escritor,  no puede ser, mi estupidez provocó tu muerte y aun así vuelves a mí  -
- Así es, mi cuerpo dejó este mundo, no así mi alma que prometió estar eternamente a tu lado amor mío. He venido a guiar tus pasos a la salida de este horrible lugar que te atormenta -
La joven tomó al escritor de la mano y la oscuridad dejó de existir, frente a ellos se iluminó un camino rodeado de bella vegetación, al fondo había una choza hermosa con un jardín rebosante de vida.
- Mira - agregó Eleonor mientras ambos caminaban - ese será nuestro hogar por toda la eternidad, en el no existe la muerte, podremos tener la felicidad que nunca tuvimos en vida -
En ese momento el escritor la soltó y dijo - Muchas veces soñé con este momento amor mío, pero fueron mis deseos y mis inseguridades las que te llevaron a la muerte y a mí a la desesperación durante muchos años. Ahora me ofreces la felicidad eterna con la muerte y debo decirte que no puedo aceptarla. No aun. Tengo una nueva misión en la vida y debo cumplirla. Perdóname amor mio,  debo regresar a la caverna y afrontar mi destino -
- Amado mío. Ya no necesitas volver a la caverna  que tu alma atormentada creo en tu corazón, sigue ahora el sendero que haz elegido ya que yo te estaré esperando para confortarte el día que tu ser cansado decida volver a mi lado - En ese momento la joven tomo una flor del camino y la colocó en la mano del escritor - cuida esta flor ya que mientras siga con vida nuestro amor existirá y el sendero que te lleva a mi estará abierto en espera de tu regreso -
Una luz cegó al escritor y en ese momento abrió los ojos para descubrir que se encontraba recostado cerca del cristalino lago en el que la noche anterior lo atrapó la bestia. En su mano sostenía una flor de aquellas que tanto amaba Eleonor así que la guardó cerca de su corazón y siguió su camino con una tranquilidad que nunca en su vida había gozado.

De la pluma del escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora