Todo a su alrededor era de un blanco brillante.
Al frente suyo vio un enorme palacio y por más que intento alzar la mirada el techo yacía oculto por nubes y más nubes,
- ¡Joder todavía hay más arriba ¡
Se quedo estático y no sabía qué hacer, al rato sintió un viento por su espalda. Volteo aterrado, pero no era nada de temer.
Era una persona más igual que él y al punto aparecieron dos mujeres a su costado. El se quedo totalmente sorprendido.
¿ Qué cosa esta pasando acá ? ¿ Que pasara ? ¿Que es ese palacio?
- Vaya - dijo un hombre- después de todo no hice tantas cosas malas
- Si no le hubiese hecho eso a Lucas no estuviera acá . Dijo una mujer.
- ¡ Estoy salvada ¡ - exclamo una mujer que al ver el palacio, rebozo en felicidad.
¿Que es todo esto? ¿En dónde estoy? Que personas para extrañas.
El estaba totalmente confundido, no sabía no porque estaba él y el resto junto delante de ese palacio. Mientras trataba de hallar alguna razón lógica , las puertas del palacio se abrieron. Adentro parecía hermoso.
Las tres almas que la acompañaban comenzaron a caminar hasta la puerta del palacio muy seguras como si supieras que va a pasar hay dentro. Dante que estaba tan confundido y no sabía que hacer decidió ir atrás, de cierto modo sentía miedo era algo desconocido.
Al momento de entrar las puertas se cerraron, y vio a un señor que lentamente se acercaba a ellas. La mujer no dejaba de sonreír
¿Por que sonríe tanto? Vaya que este lugar me abruma demasiado.
-No temas Dante - le dijo el señor, tenía una túnica blanca y barbas blancas
Ahora tres cosas le abrumaban:
- La señora sonriente
- El señor que sabía su nombre
- Y más blanco.
Ahora estaba atemorizado, total ahora todo el mundo sabe su nombre.
- No temas Dante, no te abrumes. Mira a Lucas, Mariana y a Sara, que en sus rostros se ven alegría, calma y serenidad. Veo que no crees en Dios, bueno eso últimamente se ve normal, pero no es de nosotros quien no cree vaya a ser castigado, veo en ti que a pesar de todo crees en El pero tienes miedo, no temas, acá estas bien, te recuperaras a ti mismo y a tu fe.
Estaba ahora aun mas aterrado, en un inicio pensó que era el señor quienes daban las ordenes para reencarnar pero así no estaba en sus libros.
- ¿Quien eres? - le pregunto.
- Soy San Pedro, el amo de las llaves del Paraíso y Purgatorio.
No, definitivamente no era para reencarnarse. ¿Paraíso y Purgatorio? , era cierto entonces. ¿San Pedro?. Después de todo eran reales entonces el Paraíso y Purgatorio y que también existía San Pedro, entonces existía Dios.
Se abrumo aun más.
- Bienvenidos al Purgatorio, donde expiaran sus culpas y pecados para merecer el Paraíso que nuestro Señor nos guarda.
- Estoy dispuesto a todo - gritaron los tres arrodillados.
Una sonrisa se dibujo en el Santo quienes ordeno que se pararan y les dijo:
- Cada uno tendrá una misión distinta y con ellos se purificaran, de caso contrario seguirán acá y si ustedes cometen el mal y tienen esos pecados capitales irán mas abajo, ya saben a que me refiero.
Dante solo escuchaba, decidió aceptar el cargo solo para ver si es que en realidad existe Paraíso o el Infierno, a lo menos el purgatorio existía.
Y de la nada apareció en otro lugar, vestía una túnica morada (algo que le dejo más tranquilo de no ver tanto blanco) y al frente suyo un pergamino. Sorprendido lo tomo
"Querido Dante
Esta es tu misión, estudiaras la Biblia y la predicaras a todos los que aquí viven, pero no solo dirás si no que capten el mensaje, que entiendan y se sientan en paz. Es solo eso, luego te explicare otras cosas."
Era de suponer que la carta fue escrita por el Santo. Al lado del pergamino había una urna transparente y dentro de ella había una Biblia, de color dorado en escritura latín y que por algo muy extraño entendía ese lenguaje.
Se encontraba en un cuarto, el pergamino seguía pegado, la urna a su costado, se dio media vuelta y vio una cama de aspecto suave, una silla , una mesa y un rosario, todos de madera.
El cuarto era tan igual al que vivía antes de entrar a esta vida,
Había que salir a conocer afuera...