-Metz, ¿Quién viene a visitarte?-
- Mi hermano Jakal-responde algo tensa.
-¿Tu hermano?-
«Sí, Jiblett. Cállate.»
-Sí- responde Metzel cortante.
La miro a la espera de que me de alguna explicación, pero no lo hace.Ni siquiera está pensando en ello.Ha apartado a su hermano de su mente...
«Preparen las cápsulas»
No es un pensamiento de Metz. La orden llega tajante y clara, se acabó la hora.
De repente, un ruido metálico suena sobre nuestras cabezas. La primera en irse será Metzel. El tubo baja y la envuelve, se hace cada vez más estrecho y se llena de un líquido transparente, agua.
«Adiós, Jibblet.»
Levanto la mano para despedirme y oigo decenas de armas cargándose. Bajo la mano lentamente y dejo que el tubo me envuelva.
Dos días para la Visita
Otro día más, sola en mi celda sin hacer nada. Las pruebas acabaron hace una hora aproximadamente. Pensar que probablemente sea libre en un par de días, hace que la adrenalina corra por mis venas. Me pregunto si aún corre algo por mis venas... El hecho de que sea inmortal, no tiene porqué significar que no tenga sangre o que no respire, de hecho, lo hago. Supongo que mi cuerpo no es comparable al de un humano pero son parecidos, ya que, un día yo también lo fui. Añoro esos días en los que lo único de lo que debía preocuparme era de ir al instituto, sacar buenas notas y estar con... No, no debo pensar en él. No debo perdonárselo jamás, por su culpa estoy en este sitio, además, él ya estará muerto, como todos los que me importaban.
Con la cabeza entre las rodillas, decido inspeccionar a fondo mi celda e intentar apartar esos recuerdos de mi cabeza. Esta totalmente oscuro, claro que eso no es un problema. Cuando por fin mi visión se adapta, veo los escombros bajo mis pies. Desciendo de la montaña y llego al suelo. Camino despacio hasta la pared y la recorro con los dedos. Es lisa y dura, pero no lo suficiente como para no poder hundir la punta de mis dedos en su superficie. Cinco pequeñas marcas quedan grabadas cuando retiro la mano. Ya sé como voy a salir de mi celda, o al menos, como llegaré hasta el techo donde se encuentra la trampilla.
Un estrepitoso ruido me saca de golpe de mis cavilaciones. Están abriendo la trampilla. Miro hacia arriba y veo la mano de alguien. No es un guardia, no lleva el uniforme. En su mano lleva un pequeño cilindro transparente lleno de líquido. Reconozco a ese hombre, es uno de los que me observan tras el espejo mientras me hacen pruebas. Me concentro todo lo que puedo. A esta distancia me cuesta leerle la mente. Suelta el tubo. Capto a medias lo que está pensando.
«No...puede...sobrevivir...controlada...muerte...puede...complicaciones...»
El cilindro transparente cae al suelo y se rompe. El líquido se esparce por el suelo y empieza a evaporarse. Inhalo el vapor y empiezo a perder las fuerzas. Antes de darme cuenta, ya estoy en el suelo. Me pesan los párpados. Se encienden las luces. Hay alguien conmigo. La cabeza me da vueltas. Alguien se acerca a mi oído y me susurra la frase que confirma mi muerte.
-Ya sabemos como controlarte, Jibblet Kliss...-
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Unbroken (Invencible)
Science FictionEn un mundo tecnológico muy avanzado, una adolescente con capacidades sobredesarrolladas es reinsertada en la sociedad tras años de reclusión en un centro de prevención secreto del gobierno. Sin familia, amigos ni nada que perder, ¿qué harías para...