♢ Capítulo 22. Realidad.

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Yo no quería irme. No quería dejarla. Ella confiaba en mí y esto fue lo que sucedió. Me culpaba de la muerte de Susan. ¿Por qué no me fui de allí cuando me preguntó si de verdad necesitaba la rama?

- No quiero- dije con la voz cortada.

- Anna, este lugar no es seguro...

- ¡NO QUIERO, MATTHEW!- él se agachó a mi nivel.

- Anna... vámonos.- lo miré a los ojos, no contuve más el llanto, comencé a llorar. Él me abrazó, con fuerza.- Tranquila... aunque no lo creas, sé que estás pensando... no fue tu culpa.- Le devolví el abrazo.

Antes de irme de ahí, coloqué a Susan cerca de un arbusto de flores y cubrí su herida con hojas.

- Gracias por tener fe en mí.

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Daniel, Matthew y yo comenzamos a construir la pantalla. Atamos las ramas y con los objetos que Daniel guardaba en su guarida, pudimos terminar el proyecto para revelar los documentos de Baker.

Retrocedí unos pasos para poder observar nuestro trabajo terminado. Suspiré pesadamente. Seguía sin ganas de nada, no me sentía bien. Tenía ese sentimiento de tristeza en mi corazón. Me senté apoyando mi cabeza en unos de los árboles del lugar. Matthew se acercó a mi lado.

- Tenía mi edad- le dije.

- Todos aquí la tenemos.

- Lo sé, pero yo sentía que debía protegerla. Ella murió por salvarme, y yo... y yo no pude hacer nada.

- ¿Qué crees que Susan hubiera querido?- lo miré mal. Él sólo rió- Anda, dime.

- No me vengas con el discurso de que ella hubiese querido que yo no me preocupara y que siguiera con el plan, porque eso es totalmente... totalmente...- su sonrisa creció- totalmente cierto.

- ¡Que inteligente es la niña!- acarició mi cabeza como si fuera un cachorro.

- ¡Déjame en paz!

- Susan era un grandiosa chica- continuó- y te admiraba como tú ni te lo imaginas, también era muy alegre y esa era una de sus principales características. ¿Qué te dice que ella ya no es feliz?

Él tenía razón. Susan no quería que me detuviera, me dijo que no me diera por vencida, me dijo que venciera a Baker. Y eso haría.

Me puse de pie y me giré para tenderle mi mano a Matthew.

- Terminemos con esto.- él la tomó.

- Terminemos con esto.

Nos dirigimos hacia Daniel, quien miraba satisfecho la pantalla que habíamos construido.

- Bien, chicos- habló- este es el plan...

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- ¿Estás listo?- le pregunté a Matthew.

- Eso creo.

- No dejes de correr.

- Tú tampoco te detengas.

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