Capítulo 2: Recordando

18 1 1
                                    

Capítulo 2: Recordando

"Es irónico cómo alentamos a otros a que sean fuertes cuando nosotros no podemos serlo."

¿Cómo puede ser que lo siga pensando de esta manera? Como si fuese oxígeno, una canción, como si en aquel hotel hubiera dejado de mis recuerdos los mejores. Jamás pensé que un viaje a Londres cambiaría mi vida en tal magnitud. Nunca hubiera imaginado que un hombre me hiciera tan feliz, -un desconocidos en todo caso- en tan poco tiempo, con tan pocos detalles, sin embargo detalles que me gustan. Hasta ahora nadie ha sabido darme hasta que llego él, hasta ahora nadie me había hecho sentir como me hizo sentir el.

No tenía idea de que existían en este planeta la posibilidad de encontrar a alguien que me hiciera sentir completa, que me cuidara como el, que me diera placer como él, que me tentara como él y que me hiciera sentir como él lo hizo. Mucho menos pensé que fuera a enamorarme de esta manera tan tonta, tan infantil.

Cada noche lo recuerdo, cada noche lo pienso, cada noche lo pienso, cada noche me sorprendo a mí misma tocando mi cuerpo como si él lo hiciera, como si me obligara, como si me observara, como si el sintiera mis placeres. Cada noche sin él me quema la piel, arranca mi alma simplemente me tortura.

¿Qué me ha hecho?

Él. Tan elegante, tan misterioso, tan intrigante. Su sonrisa tan encantadora que jamás me cansaría de ver. Su mirada que penetra mi alma y eriza mi piel. Su voz, su risa, su calor y tan solo su existencia las siento tan esenciales para mi diario vivir y siento que muero. Me voy hundiendo en mi propio abismo, pierdo el control de mis pensamientos de mi cuerpo pensando y engañándome a mí misma de que el me necesita como yo a él, de que me extraña, que algún día le pasaré por la mente y vendrá a por mí. ¿A quién quiero engañar?

Son pequeños detalles que me torturan. Su manera de hacerme mujer me llevó a un grado de éxtasis que no puedo describir que tras intentar pronunciar me causa escalofríos.

Lo necesito. Lo extraño. Y no saber qué hacer me está volviendo loca. ¿Cómo saber si todo lo que me "confesó" fue real? ¿Cómo saber si la fiesta fue real? ¿Cómo saber quién verdaderamente es si desde el principio jugamos? ¿Cómo pudimos jugar de esa manera? Éramos ignorantes del resultado de nuestro juego, de nuestras mentiras. Éramos como un par de niños jugando en un bosque, perdidos y soñando despiertos que están en el mejor de los lugares. Creamos nuestra propia burbuja de fantasía, placer y compañía.

Nos enamoramos a base de mentiras y juegos. A base de lujuria y deseos fugaces. A base de falsedad. Creando un amor que no teníamos, un deseo de comprensión que queríamos de quiénes realmente amábamos, pero que obtuvimos siendo solo un par de extraños.

Jugamos a ser felices en un tiempo en donde nuestras vidas era un desastre. Jugamos a querernos cuando no conocíamos nada del otro. Ahora la pregunta que pone en duda todo:

¿Que fue real?

¿Cuál fue el verdadero beneficio de todo lo que fingimos? ¿Qué tal si todo lo qué pasó fue producto de mi imaginación? ¿Dónde quedaría Leeon, dónde quedaría la fiesta, la salida, mamá siendo feliz, yo siendo amada como quiero y como merezco? ¿Dónde quedan todas las perversiones que no logro explicar?

¿Por qué preguntas sin respuestas?

Aún siento su respiración en mi cuello, sus carnosos labios devorando los míos como si no hubiese mañana, sus manos tocando mi piel como si me arrancara el alma del cuerpo. Aun puedo oler su aroma, oír sus gemidos, sentir la humedad de nuestros besos. Aun puedo sentir como nuestros cuerpos se complementaban uno al otro tras un largo día.

Aun puedo ver su mirada oscura penetrando la mía después de un beso. Su sonrisa. Puedo sentir incluso la manera de su caminar detrás de mí, la manera en cómo se perdía mirándome a distancia.

IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora