Prólogo

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Dedicada a JulietaTapiaGmez

Éste panorama es espectacular.
La ciudad de Nueva York luce genial desde ésta suite de hotel.

Una imagen para fotografiar.

Una imagen que ayuda a olvidar el trago amargo vívido, sin duda alguna.

Suelto una leve risa, si alguien me hubiera dicho hace un año que iba a estar en éste lugar siendo una estrella de la música, ganadora de un premio grammy.
Lo más probable es que me hubiera reído en su cara.

Pero la verdad,es que es genial conseguir lo que uno anhela con tanto entusiasmo.

¿Pero a qué precio conseguí esto?

¿Cuál es el precio a ser feliz?

Mi madre no me ha hablado desde que esto comenzó.
Sólo Lana y mis amigas están de mi lado.

Por lo demás estoy sola.
Sola con mi música.

Mi música, no necesito nada más en la vida.

Sus palabras resuenan en mi mente.
Sin querer lo recuerdo con un sabor ácido en los labios.

En el fondo de la habitación se alcanza a escuchar el teléfono del hotel.
Me apresuro y contesto de inmediato.

-¿Diga? -pregunto al levantar la bocina.

-Buenas noches señorita Ivanna -empieza a decir la chica de recepción -. Perdón por la molestia, pero aquí abajo se encuentra un chico que quiere hablar con usted personalmente.

-¿Qué chico? -pregunto extrañada.

No es la primera vez que un chico pide verme. La mayoría buscan un autógrafo o fotografía. Sólo que aún no me acostumbro a eso.

¿Será Daniel Lawrence?
No lo creo, la chica me lo hubiera dicho de inmediato.

-¿Cuál es su nombre?

-Me dice que su nombre es... ¿Ethan?

-Ethan... -mi corazón salta dentro de mi pecho al escuchar su nombre. Miles de escenas pasan por mi mente -. Que suba por favor -prefiero eso, antes de que la prensa invente algo más. Tina me mataría si eso pasa.

-Enseguida señorita, hasta luego.

Cuelgo el teléfono y noto de inmediato que las palmas de las manos comienzan a sudarme.
Los pies los siento demasiado débiles.

Supongo que ciertas cosas nuncan cambian, a pesar del daño que te haya provocado esa persona.

¡No quiero volver a verte!

¡Quiero hechos, no palabras! Y por los tuyos has dicho de más.

¡Eres un maldito cerdo! ¡Maldita la hora en que me topé contigo!

Él es el único que me sigue tratando como un ser humano, y con la punta del pie.

¿A qué has venido?

¿A terminar de romper mi corazón?

¿A humillarme una vez más?

El miedo a ser felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora