Quiero Hechos, No Palabras.

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Capítulo 14. ♪

— Muy bien — Olivia se acuesta a lado mío. Ambas estamos en la cama de Cleo — Ya llegaron los refuerzos.

— ¿Por refuerzos te refieres a ti misma? — Digo en tono jocoso.

Su carácter positivo es lo mejor que hay en el mundo cuando tienes un mal día.
Es positiva en exceso. Dicen otros.
Y por ésta vez comparto la opinión de los demás.

Porque cuándo uno tiene un día de mierda, se detesta a las personas positivas.

— Obvio nena — Me da un golpe en la frente — Cleo no puede cargar sola con los problemas de una amargada.

— ¿Qué me acabas de decir? — Le grito con más furia de lo normal. Solo quiero descargar toda la rabia contenida.

— Amargada — Sonríe satisfactoriamente — Vamos a encargarnos de sacar todo el odio y el dolor que sientes...

— Ésta noche — La interrumpe Cleo que se encuentra cargada con una enorme bandeja — Vas a llorar todo lo que el cuerpo necesita desahogar para que después te encuentres más fuerte ante la adversidad.

— Y ante las críticas de la escuela — Olivia hace una mueca — No queremos... — Cleo se aclara la garganta — Yo no quiero que llegues con ojeras que cuelguen hasta tu mentón y los ojos hinchados.

— ¿Es malo que la gente vea mi sufrimiento? — Alzo una ceja — Pero si eso demuestra que soy humana.

— Y débil — Me corrige — No debes dejar que los demás vean esa faceta tuya.

— Por eso hemos traído — Cleo me pasa cosa por cosa — Dos tarros de nutella, tres cajas de chocolates, un litro de nieve de galleta y otro litro de napolitano.

— ¿Acaso quieren que engorde antes de la víspera? — Miro con la boca abierta toda esa comida.

— Exacto — Responden al unísono.

— ¿Y cual es el propósito?

— Engordarte como un cerdo para el matadero al igual que Harry Potter — Responde Cleo. Le arrojo una almohada.

— Muy graciosa.

— El propósito es que al quedar gorda y fodonga, te propongas el propósito de bajar de peso... — Comenta Olivia.

— Y así te olvidas del corazón roto — Termina la otra.

— Acabo de despertar en un mundo paralelo, ¿verdad? — Las miro con confusión.

— Ah, por cierto — Cleo saca unas películas de su cajón — No pueden faltar las películas de amor y tragedia.

— Eso no lo planeo hacer — Finjo una arcada — Es algo innecesario.

— Es eso o las canciones de Juan Gabriel, Río Roma o... Paquita la del barrio — Olivia es lista, de eso no tengo duda.

— Ustedes ganan — Me encojo de hombros derrotada — Enciendan la vídeo.

* * *

Mis amigas son lo peor y lo mejor que me pudo haber pasado.

¿Por qué digo esto?

Es que fueron unas barbaras a la hora de la selección de cada película.

Película número uno: pasión por el triunfo.

No quiero ver a mi hija con el corazón roto.

— Pues mira hacía otro lado madre, pues ya está roto.

El miedo a ser felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora