Capitulo 28

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Niall

"No" fue lo primero que se me ocurrió decir cuando Taira me hizo su propuesta y pude ver como su boca se abría lentamente sin poder creerlo y fruncía el ceño enfadada; no se veía bonita de esa manera. Yo soy de los que piensan que las chicas bonitas son las más felices; quizás por eso me gustaba tanto ____. Cada vez que la veía tenía una enorme sonrisa en el rostro; aun que fuera por una broma pesada que me jugó a mi. Era una chica realmente bonita; porque su sonrisa transmitía más emociones que un enorme trasero podría jamás hacerlo.
- ¿perdón?- preguntó Taira. Yo pensé que ____ no estaba acostumbrada a que le digan que no; que la rechacen, pero al parecer la persona delante de mi no podía soportarlo tampoco.
Lo peor era que llegué hasta el punto en el que Taira no me caía nada, pero nada bien. No; eso no era lo peor. Lo peor era que había dejado botada a la chica que de verdad me gustaba que me fue a buscar al colegio- esa que no podía dejar un solo día sin saber de ella- solo para hablar con Taira. Como si fuera la gran cosa.
Fruncí el ceño y miré a la chica nuevamente que se encontraba de brazos cruzados enfadada mientras el aire movía cada cabello encima de su cabeza y las personas detrás en el parque se movían con completa normalidad como cada día; pero ese no era como cada día. Ese era el día en el que me iba oficialmente a la mierda; y ella misma me había mandado. Si fuera con ella, iría a cualquier parte, pero supongo que me dejó bien en claro que no me quería ni siquiera mirar; podía ver como la ira nacía desde ella hasta fuera y lo dejaba ver bastante bien. Nunca debí haber ido con Taira; debí haber ido con ____, aun que eso significara mirar cada movimiento que hacía durante horas y horas; o aunque sea para molestarla; por cualquier cosa. Cualquier cosa estaría bien.
Sabía en el fondo que si la molestaba era solamente para llamar su atención, pues no sabía de que otra forma alguien como ella me podría hablar sin antes pensar lo peor de mi.
Y quizás me gustaba ser ese idiota que quiere llamar su atención, porque no hacía nada para negarlo, no hacía nada para evitarlo, y no hacía nada para sacarla de mi cabeza... ¿porque siquiera lo intentaría? Ella era el mejor pensamiento que había tenido desde el accidente de mi abuela. Era lo más bonito que se había podido poner en mi cruel mente. Era la cosa más bella en la que podía pensar. 
- Que no- le dije nuevamente. Inhalo aire frustrada y podía ver en sus ojos como quería golpearme, no dejaría que me usen; ni mucho menos volvería con ella después de todo ese tiempo.
"¿te puedes hacer pasar por mi novio? ¡por favor!" me había dicho. Apuesto a que ____ nunca le pediría eso a alguien con quien salió; Taira frunció el ceño y rió como si yo estuviera bromeando; pero ese día estaba para todo menos para bromas.
En primer lugar porque tenía que estar allí en frente de ella y en segundo lugar porque a causa de eso _____ se había enojado conmigo. Pero tendría que desenojarse; no me importaba. 
La pondría bajo presión; parecería el loco más inútil y psicópata del mundo; la perseguiría, me enfrentaría a sus amigos si era necesario, pero sea como sea haría que se desenoje conmigo.
- No puedes decir que no- farfulló Taira.
- ¿no?- le pregunté levantando una ceja- Me tengo que ir- suspiré y me di la vuelta mientras escuchaba su voz gritar mi nombre una y otra vez; sin embargo, no hice caso. Ya había perdido bastante tiempo con todo eso.
Comencé a marcar su número rápidamente; hubo tres veces en las que no me contestó y sentí el pitido una y otra vez, pero sin acabar nunca realmente.
Hasta que su hermosa voz hizo que trague saliva.
- ¿que quieres?- preguntó molesta.
- Esta es la cuestión, chica- dije yo mientras me aclaraba la garganta y hacía mi mejor esfuerzo para parecer un tipo rudo, serio y frío que no esta ni ahí con nada- o vas al colegio ahora o le digo al director que no seré más tu tutor- dudó durante unos instantes.
- ¿porque piensas que me importa que dejes de ser mi tutor?
- Porque bonita, tomando en cuenta lo mucho que te gusta el colegio supongo que estarás más de encantada que repetir el año- le dije, sarcástico. Ella suspiró frustrada; pero a diferencia de Taira, me gustaba. Me podía imaginar su rostro enfadado en ese momento; con las mejillas rojas, con el ceño levemente fruncido, con la boca estirada hacía abajo y con el pecho hacía afuera intentando demostrar fortaleza.
- Te odio, ¿lo sabes, no?
- Bonita, te está quedando poco tiempo- le dije yo mientras caminaba hacía el colegio y me daba cuenta que le había dicho bonita en voz alta.
Cortó el teléfono y lo consideré como un si.
Me senté en las escaleras del colegio y miré la hora; las cuatro de la tarde. ¿cuanto tiempo tendría que esperar? pasaron quince minutos; y estaba dispuesto a irme, pensaba que no servía, que no era en vano. Hasta que la vi llegar.
Molesta, despeinada, rápida, desordenada, sin maquillaje alguno.. Perfecta.
- ¡eres un idiota!- me gritó mientras yo caminaba hacía adentro sin hacerle mucho caso; ella venía detrás de mi. Intentaba ignorarla; de veras que si, lo juro. Pero por cada grito se me hacía más difícil parar ese acelerado latido de mi corazón que me decía "lo siento, amigo, te estás enamorando".
No pude seguir caminando; sentí como me empujó los casilleros para seguir gritándome. Pude ver en sus ojos algo que no había visto; dolor, quizás.
- ¡tu me has mandado a la mierda!- repliqué yo.- No te he mandado yo a ti..
- ¿lo vez? te estás comportando como un tarado..- dijo con la voz entre cortada mientras agitaba sus manos de un lado hacía otro. Mi corazón se detuvo al ver que la estaba haciendo llorar; quería morir en ese momento. Quería que la tierra me trague.
Dicen que no hay nada más lindo que ver que alguien llora por ti porque demuestra que le importas. Mienten. No hay nada peor que alguien llore por tu culpa; porque no puedes no querer morir al ver que estás provocando daño. Mucho menos a alguien a quien quieres mucho.
La tomé por los hombros intentando calmarla un poco; sin embargo ella me corrió hacía un lado y se dio la vuelta.
- ¿porque te has ido con Taira?- preguntó. Tragué saliva.
- Necesitaba conversar las cosas.. Decirle que no quería nada más con ella- suspiré yo.
- ¿no lo tiene claro todavía?- se dio la vuelta. La miré. Negué con el rostro y ella suspiró.
- Perdón- dije finalmente. A mi no me costaba pedir perdón cuando sabía que había metido la pata- me comporté como un idiota.. Pero...
- ¿que?- preguntó al notar mi silencio.
- ¿si te digo que te quiero, me tomarías como un raro?- le pregunté mientras me acercaba a ella. Negó con la cabeza temblando un poco y mi corazón nuevamente comenzó a latir.
- No, Niall- dijo ella, nerviosa.. Igual que yo- Yo también te quiero- juntó sus labios con los míos.

Y tu... Crees en la magia? (Niall Horan y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora