Capitulo 24

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Narrador Omnisciente

Aquella semana pasó lentamente para ambas chicas, la espera de la llegada del viernes se volvió casi eterna para Lauren, si hubiese podido hacerlo hubiera adelantado el tiempo, necesitaba con urgencia visitar a Taylor para poder hablar sobre lo que estaba sintiendo, aparte de poder olvidar por dos días el repugnante ambiente polvoriento de aquella bodega donde aún le faltaban dos semanas de encierro entre libros viejos y expedientes inservibles, por su parte Camila ansiaba la llegada del viernes para estar libre Sábado y Domingo, aunque eso no era del todo correcto ya que tenía proyectos de la Universidad que terminar y trabajos atrasados del Kinder que organizar, realmente se estaba ahogando con tantas cosas por hacer

Durante el día Miércoles lo único que pudo hacer Lauren fue escuchar música y llenar su mente de recuerdos, dejando escapar de vez en cuando lágrimas silenciosas que atravesaban su rostro dejando rastros en sus mejillas, hasta llegar a casa de sus padres entrar en su habitación y caer dormida llorando ante los recuerdos que se hacían presentes, para el día Jueves despertó de mal humor, no había logrado descansar pues no hizo más que soñar toda la noche con aquella mujer que simplemente la dejó ir, lo que más le dolía de toda la situación fue la manera en que parecía habían terminado las cosas, no hubo una gran discusión, ni siquiera una pequeña, no había hecho nada mal, y Camila tampoco, solo se habían alejado, ese día no hizo más que maldecir y querer botar todas aquellas montañas de papel, pero no lo hizo, sabía que si lo hacía terminaría por tener más trabajo del que ya tenía, condujo a casa de sus padres y al llegar solo se encerró en su habitación y empaco ropa para su viaje de mañana ya que saldría del trabajo directamente a casa de Taylor, una vez tuvo todo listo se acostó deseando que su mente la dejara descansar un poco de todo

Narra Lauren

Al fin había llegado el Viernes, ansiaba desesperadamente el día de hoy, me removía en mi cama aun sin abrir los ojos, realmente no deseaba ir a la polvorienta bodega, pero no me quedaba de otra, abrí lentamente mis ojos y mi boca se abrió en un bostezo mientras estiraba mi cuerpo, intentando estar completamente despierta, salí de mi cama dirigiéndome al armario, sacando de este un conjunto muy formal para mi gusto, muy formal para aquella bodega donde nadie podía verme, un pantalón negro que se ajusta perfecto a mis piernas, una blusa blanca y un saco negro, mis tacones negros y desde luego mi ropa interior seguía siendo negra y de encaje, entré al baño y tomé una corta ducha, me vestí y arregle mi cabello, baje las escaleras despacio la verdad los tacones y yo nos llevamos exactamente bien y el peso de mi maleta no lo hacia más facil, llegue a la cocina y me lleve la sorpresa de ver a mi padre desayunando, pocas veces lo hace en casa, mi madre a su lado

L: Buenos días. Dije a los dos que se voltearon con sonrisas en sus rostros

M: Buenos días hija ¿Cómo amaneció la princesa más trabajadora?. Habló mi padre sin evitar sonreír

L: La verdad no se papá, ni siquiera tenia idea que en el mundo quedaran princesas. Dije riendo

Clara: Al parecer despertó de buen humor. Ahí estaba mi madre sonriendo

M: Ella siempre esta de buen humor. Acarició mi mejilla, yo había tomado asiento a su lado después de servir un tazón de cereal

C: Creo que no hablamos de la misma Lauren. Aun estaba sonriendo y realmente creo que quien se levanto de buen humor fue ella

L: ¿Por qué tantas risitas?. Pregunté pues realmente ambos estaban muy felices

M: Nada en especial chiquita. Tomó la mano de mi madre, esto ya me estaba asustando

Clara: En realidad, te quedaras sola este fin de semana, tu padre y yo saldremos de viaje. Dijo sin soltar a mi padre, eso explica tanta felicidad

L: En realidad la casa se quedará sola, ya tenia planes. Me quedé esperando el momento en que mi madre empezara a gritar y a mencionar a Camila pero no lo hizo y fue mi padre quien habló metiendo la pata hasta el fondo

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