18- primera vez.

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Su nombre era Jona. No era el Chico más lindo que podrías ver en el séptimo grado, pero era muy divertido.

Le gustaba molestarme, le gustaba jalar mis risos, le gustaba yo, pero en ese entonces no lo sabía.

Los chicos se dieron cuenta de Como me miraba y comenzaron a vigilarlo.

Un miércoles lo sacaron del aula porque me estaba molestando y me queje con la maestra, me sentí culpable porque la verdad es que no era para tanto, así que pedí permiso para ir al baño.

Cuando lo vi sentado en las escaleras con esa cara tan triste me arrepentí, pensé que se lo merecía porque no era la primera vez que me molestaba, así que para disimular entré al baño. En el baño estaba Adriana, ella me sonrió y me dijo lo que sería el comienzo de mi primera tragedia amorosa.

– Escuché a Jona cuando salía del curso, el dijo " ¡Oh Dios mio! ¿Por qué tenia que enamorarme de Olivia? " , yo lo escuché pero no digas que yo te dije.

Después de ese momento intente descifrar sus miradas, grave error. No me di cuenta de que también me gustaba hasta ese día en que lo busque para regalarle las sobras de mi merienda.

Intente alejarme por miedo, pero él estaba cada vez más cerca. Comenzó a visitarme para jugar, se volvió parte de mi familia. Mamá pensó que era mi mejor amigo pero yo sabía lo que sucedía realmente. Comenzó a llamar Mami a mi madre.

No me di cuenta hasta tarde de que lo que me molestaban no eran celos por mi madre llamando hijo a mi amigo. Lo que me molestaba era fingir que el chico del que estaba pérdidamente enamorada era mi hermano.

Luego estuvo este campamento de verano. Me besó. Le dijo a todos que era su novia.

Los rumores se regaron Como la pólvora. Pronto hasta mi madre me preguntó sobre eso, yo lo negué.

Ambos sufrimos bullyng, al parecer él mas que yo.

Comenzó a alejarse, ya no fue a mi casa. Dejó de hacer bromas, dejó de hablar con la gente, dejó de hablar conmigo. Jona se fue.

Se mudo a otra provincia con su padre. Le envié cartas, luego supe que las leía y las tiraba a la basura.

No pensé que podía sentirme tan mal, era una niña pero me sentí como la mierda, miserable. Me deprimió. Me caí en un pozo profundo de sufrimiento porque lo había perdido, no volvería a ser igual, no lo vería de nuevo.

Otra vez erré.

Hace unos días lo volví a ver. Me sentí tan nerviosa como en los viejos tiempos. El lo supero, yo aún me siento culpable. Me sentí terrible por todo lo que nos tocó vivir tan jóvenes, si no hubiéramos sido tan vulnerables, si hubiera escuchado a mi madre y no me hubiera enamorado tan pequeña, tal vez y solo tal vez él nunca se hubiera ido y... Yo hubiera sido la mejor amiga o la novia del chico más Caliente que he visto jamás. También pensé que para ser tan chicos habíamos sido muy dramáticos.

Lo peor es que, ahora nos sentimos incómodos cuando estamos cerca. Jona aún le dice mami a mi madre, ellos se llevan mejor que yo con él. Que ironía.

Nadie se enterará de esto  ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora