19- Segunda vez

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Su nombre era Jamie, era mi prima favorita, se convirtió en mi mejor amiga cuando entramos a la secundaria.

Aveces la amistad nos lleva a cometer errores, todo dependiendo del grado de amor y aprecio que tengas por tus amigos.

Mi madre siempre dijo que todo en exceso hace daño, al parecer eso abarca cada hecho en la vida, porque el cariño que Jamie me tiene la guió a herirme, con algo simple pero las heridas propinadas por personas que amas son más dolorosas que cualquier otra, y tardan más en sanar.

Creo que se sintió culpable por andar restregándome su vida amorosa en la cara todo el tiempo, así que comenzó a hablarme de este chico que era hijo del mejor amigo de su padre. Me dijo que él había visto una foto en la que aparezco y se había enamorado de mi.

Yo era tan ingenua en ese momento, no tenia celular, ni computadora, no estaba actualizada, gracias a Dios que Jamie si,  pensaba.

Cada día llegaba con una foto de ese chico llamado Arthur o con un recado para mi, yo siempre le contestaba, tan tonta. Cuando pactamos para conocernos, él nunca llego, me dijo que se había mudado a estados unidos pero se mantendría en contacto.

Duré un año y dos meses engañada por la persona en quien mas confiaba. Después de todo ese tiempo mi padre me creyó lo suficiente madura para tener un iPhone y una laptop, ya era hora de que abriera los ojos.

Un día navegando en instagram vi una foto del supuesto mejor amigo de Arthur, Mario, descendiente de italianos residentes en estados unidos, lo había visto en algunas fotos de las que Arthur me enviaba y decidí mirar su muro a ver si tenia algo con lo que pudiera localizar al chico y lo encontré.

Justo ahora me parece muy gracioso, porque eso fue hace más de tres años y ya perdoné a mi prima pero en el momento que vi el verdadero nombre de Arthur, cuando vi su identidad fui consciente de lo tonta que puedo llegar a ser.

Me sentí traicionada, ultrajada y sobre todo burlada, por mi propia prima. Que vergüenza, que dolor. Yo estaba tan ilusionada con él, tan ciega que no puede ver las buenas intenciones de Jamie al engañarme de tal manera, aprovechándose de mi inocencia y poco conocimiento del mundo exterior.

Las fotos que recibía cada semana de Arthur en realidad eran de Juan Pablo Zurita. Demasiado bueno para ser verdad ¿no?

Yo nunca pude mirarla con los mismos ojos.

y me había mentido tanto a mi misma que no quería dejar de creer en él, no quise aceptar que todo mi amor fue dirigido a un tipo que no existía.

Nadie se enterará de esto  ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora