1- Hospital psiquiátrico.

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Me llamo __, soy psiquiatra y hace poco terminé mis estudios en la universidad, vivo en Corea del Sur desde que tengo uso de razón.

__: Sí, Hyuna, estoy muy emocionada, mañana empieza mi práctica universitaria y me trasladarán a un Hospital Psiquiátrico.

Hyuna: -me miraba asustada- ¿no te da miedo tratar con ese tipo de gente?

__: Estoy preparada para todo.

Hyuna: Luego no te quiero ver como ellos -rió fuertemente ocasionando que se escuchará por toda mi casa- ¿podrías hacerme un favor?

__: El que quieras -le sonreí-.

Hyuna: ¿Te puedes llevar a mi hermano? Ya que está de vacaciones y dudo que sea un chico normal, se comporta muy extraño y está loco -abrió mucho sus ojos- ¡MUY LOCO!

__: Hyuna -le dí un leve golpe en su brazo- Taehyung no está loco, es un niño atrapado en un cuerpo de adolescente aún -reí- es adorable.

Hyuna: Si realmente lo conocieras -suspiró y rodó sus ojos- para su edad, no es normal que sea así, pero bueno, es mi hermanito y así lo quiero.

Ambas reímos y nos acostamos, era de noche y estábamos en una pijamada de despedida, ya que al día siguiente me trasladaría al dichoso Hospital Psiquiátrico y me tendría que quedar a cuidar a los pacientes, y con ello, me mudaría temporalmente ahí. Cerré mis ojos, una hora después de Hyuna.

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06:00, empaqué la ropa suficiente como para dos semanas, Hyuna me ayudó a bajar mi maleta que luego fueron depositadas en mi automóvil. Se me olvidaba decir que yo vivía sola, mis padres se quedaron en Daegu, yo me vine a Seul.
La despedí con un beso en la mejilla y un cálido abrazo. A las 7 debería estar allí.

__: Cuida mucho mi casa -la amenacé- nada de fiestas, cuando vuelva quiero todo en su lugar.

Hyuna: Lo prometo -me sonrió, sabía que mentía-.

Encendí el auto y me fui rumbo al lugar de mi práctica. Quedaba un poco lejos, a unos 20 km. fuera de Seúl. A medida que avanzaba, más miedo me ocasionaba. Cuando llegué, el aspecto del Hospital, me daba una cierta desconfianza, pero de igual manera entré, decidida.

XX: Buenos días, ud. debe ser __. ¿O me equivoco? -asentí- que linda y joven eres.

__: Muchas gracias -sonreí de manera tierna-.

XX: -viendo su reloj- 7 en punto, muy puntual -rió pero luego cambió de tema, volviendo a ponerse seria pero sin quitar ese rostro de abuelita de no más de 60 años- a estas horas hay un paciente que siempre está en el comedor, llegó aquí hace 1 mes y siempre hace lo mismo, me gustaría que pases tiempo con él y le saques información para poder ayudarlo, solo te advierto que no debes encariñarte con los pacientes, ¿está claro? -asentí- ve a dejar tu maleta en los cuartos de los doctores practicantes, por cierto, mi nombre es Ana y un gusto conocerte, cariño.

__: El gusto es mío -llegué, luego de unos minutos perdida, a los cuartos, ordené todo y salí en dirección al comedor-.

XX: Yo no debería estar aquí -dijo un chico que se ubicaba en el primer asiento de una mesa larga color blanco (bueno, casi todo era color blanco en ese lugar).

__: ¿Ho...hola? -me acerqué un poco nerviosa- mi nombre es __.

XX: ¿Me podrías decir la hora? -miré mi reloj de mano-.

__: 07:10 en punto.

XX: Creo que debería irme a mi cuarto -rió siniestramente- ¡O mejor...! -me miró- debería irme de aquí.

A simple vista se veía demasiado joven como para estar en ese lugar.

__: ¿Cómo llegaste aquí? -tomé un silla y me ubiqué frente a él pero tomando una debida distancia entre nosotros-.

XX: No debería decirte esto pero -acercó un poco su rostro- ¡toda mi familia está demente!

__: ¿Por qué crees que lo están? -le susurré, ya que él hacía lo mismo-.

XX: Lo sé, con certeza.

__: -puse mi rostro entre mis manos y mis codos apoyados en la mesa. Me mantuve así unos segundos, pero luego opté por abrí una carpeta y ojearla. - tú debes ser Park Jimin -asintió mientras jugaba con una cuchara- mi nombre ya te lo mencioné así que evitaré repetirlo, soy nueva aquí y desde ahora seré tu psiquiatra y psicóloga personal, y puedes contarme todo con toda libertad.

Jimin: ¿Y qué pasó con la Señora Jin? -rió fuertemente-.

Ana: Tu sabes lo que hiciste con ella -entró de repente al comedor dirigiéndose a las ventanas para abrir las cortinas y dejar entrar la luz a la oscura sala- deberías ser más cortés, la Señora Jin era muy paciente y cariñosa, ahora ella es la que necesita con urgencia un psicólogo.

Tragué saliva, se me pusieron los bellos de punta y un escalofrío no tardó en hacer presencia en mi cuerpo. La Señora Ana se retiró luego de tirar una mirada de amenaza a Jimin.

Jimin: No te asustes -rió- seré gentil contigo.

L  I  E : Nada es lo que parece. 《pjm》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora