Cap. 3

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-¡Llegue!-dije cerrando la puerta de un portazo.

-¿Cómo te fue?-pregunto mamá, quien estaba al lado de la chimenea tejiendo.

-muy bien, Garrick te manda saludos-conteste colgando mi capa.

-¡Por Dios! ¿Qué te paso en la cara? ¿Tu ropa?-el semblante de mi mamá se descompuso por completo, se acercó examinando más de cerca. Mi ropa era un desastre.

-Garrick me arrojo al río-una sonrisa se me dibujo al recordar aquello.

-¿tu cara?-me agarro del mentón examinando mejor mis mejillas.

-camino al bosque me topé con March, le solté unas cuantas verdades y me abofeteo.

-ese muchacho es igual de cruel y desagradable que su padre.

-pero a ti te gustaba-solté, sentándome en una silla cerca de la chimenea. Me estaba muriendo de frío.

-lo admiraba-admitió sentándose cerca mío. –cuando joven era encantador, fuerte. Un líder innato. Todas suspirábamos por él, bueno no todas.

-¿Caperucita?

-exacto. Ella nunca lo miro con otros ojos, ella no era como las demás-hizo una mueca ante un recuerdo. –Valentine al ver aquello se encapricho con ella, la quería para él. Pero, Nara ya estaba enamorada.

-¿Qué cambio a Valentine?

-el supuesto engaño de Caperucita, se sintió humillado de que ella prefiriera a un monstruo y no a él.

-entonces ella es la culpable de que él sea como es ahora.

-no, uno no elige de quien se enamora, hija-tenía claro que no solo lo decía por caperucita. – Nara nos enseñó muchas cosas, una de esas es que el corazón no se gobierna.

-¿no supiste más de ella?-pregunte.

-no-su semblante se entristeció, -cuando el Lobo se fue ella sufrió mucho, pero ella caminaba por las calles digna, nunca agacho la mirada ante ningún insulto. Cuando su abuela enfermo se fue a vivir con ella en una cabaña que tenía en el bosque, muy pocas veces se le vio después de que su abuela falleciera. Algunos la dieron por muerta o que se había perdido en el bosque buscando a su lobo.

-¿crees que siga viva?

-quien sabe-suspiro. –Ella siempre amo la naturaleza. Ahora que lo pienso no es raro que se haya enamorado de un lobo.-soltó con una leve risa, mientras se dirigía a servir la cena.

-¿Por qué lo dices?-pregunte intrigada.

-porque los lobos son los principales guardianes de los bosques, o por lo menos eso dicen la antiguas leyendas.

Quede intrigada por lo último. Todo el mundo decía que los lobos eran malos, monstruos. ¿Será todo verdad? ¿Cuál será el misterio de su origen?

-¿Sabes que tu reciente obsesión por los lobos es algo inquietante? –comento Garrick mientras cruzábamos un acantilado por un árbol caído.

-mi madre sabe mucho de Caperucita, pero no sabe casi nada de los lobos-me tomo de la cintura ayudándome a bajar. –Aunque en realidad, ¿Quién sabe algo de ellos?

-Ajá-Garrick avanzo más rápido, dejándome atrás.

-¿Por qué te molesta?-pregunte alcanzándolo, agarrándolo del brazo.

-solo me preocupa-me miró fijamente. –No quiero que salgas dañada por esto.

-no me va pasar nada-le sonreí acariciando la mejilla, -además siempre me has cuidado.

-eres muy importante para mí, Lily-me bajo la capucha. –No sé qué haría sin ti, Caperuza.

-siempre estaré a tu lado, lo prometo-lo abrace con fuerza.

Con sus fuertes brazos me apego más a su cuerpo, ocultando su rostro en mi cuello.

De repente sentí algo helado caer sobre mi cabello. Alce la mirada al cielo, de donde caían con timidez los primeros copos de nieve del año.

-la primera nevada-dije asombrada. Garrick alzo la mirada, in soltarme.

-este invierno será bueno-susurro Garrick con una sonrisa.

-sí, este invierno será muy bueno-confirme con una radiante sonrisa.

¿Donde vas, Caperucita?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora