Capitulo 31

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*Lean la nota de abajo por favor*

-¡Príncipe! ¡Princesa! ¿Cuáles son las expectativas para la coronación?

-¡REYNA! ¡¿Cuáles son las medidas tomadas sobre el terrorismo en Siria!?

-¡REY! ¡ES CIERTO SOBRE LOS AU....

-Disculpa de nuevo eso Rachel, velar por la paz de un país y sus estados no es muy simple – se disculpó Mark inmediatamente al entrar en el Cadillac negro que los transportaría.

-Oh majestad no se preocupe, lo entiendo y comprendo. Es... - horrible – inevitable negar que esto pasaría.

- No dudo que dejamos en buenas manos a mí querido reino – sonrió – Bueno, nos... dividiremos así: Johannah y Rachel, se irán a los orfanatos y albergues para hacer un pequeño informe sobre sus necesidades, mientras Louis y yo, iremos a los diferentes alcaldes para informarnos cómo van las cosas en ese estado ¿Alguna sugerencia? – nos miró todos – bueno, en ese caso manos a la obra

. . .

-Majestad, Príncipe, muy buenos días – hiso una pequeña inclinación con la cabeza – gracias por venir a visitarnos y me es grato poder recibirlos. Les presento a mi mayor hijo, Claudio.

- ¡Oh! Frederick, me es dichosa la alegría de conocer a tu familia – sonrió sinceramente al rubio ojinegro y a su alto hijo.

-Pero menos habladuría, ha de estar muy ocupado; pase, pase a mi oficina para poder hablar abiertamente – los dos hombres mayores se dirigieron hacia la puerta del otro ambiente, pero antes de entrar el rey paro su paso

-Louis, hijo ¿Podrías informarle a Claudio sobre nuestros últimos planes? Tú sabes; para que se conozcan mejor.

- Claro padre – respondió sin vacilar, los dos hombres reanudaron sus pasos

- Felicidades por tu matrimonio príncipe – Louis dirigió su mirada al ojiverde que tenía al lado

- Gracias, pero hey! Tutéame soy menos formal que mi padre – se sinceró - ¿Vas a estudiar ciencias políticas? Seguir los pasos de tu padre

- No – hiso una mueca – no me interesa eso, mi padre quiere que sea como el... pero soy diferente, soy más de números. Quiero ser contador – se podía sentir el orgullo en sus palabras

Oh, quisiera tener sus agallas

A decir verdad, el castaño siempre soñó con estudiar negocios internacionales. Desde pequeño su rutina después de levantarse y asearse era entrar a la sala de logística y ver la economía de todo su país y también de otros, su padre se confundió pensando que su hijo mayor desde chiquito tenia sangre de reinar, pero el destino fue más grande que su sueño cual fue tristemente abandonado al cumplir la mayoría de edad.

Muchas veces se aguantó de tirar un puñetazo a esa gente que decía

"¡pero porque te quejas! ¡Naciste en cuna de oro!"

"Te envidio, tienes todo lo que uno quiera"

Sí, nació en cuna de oro literalmente. Sí, tenía dinero de sobra. Pero no tenía libertad, siempre quiso ir al parque con mamá sin esas moles de guardianes que tenía, ya que, solo espantaban a todos los niños que querían ser sus amigos, también quiso hornear y ¿porque no? quemar Tortas y panqueques sin que una cocinera se encargara de hacer todo y el solo viera. Quizás eso provoco que en su juventud – antes de conocer a Rachel – sus noches eran escapadas de palacio a media noche a clubs con drogas, chicas plásticas, alcohol y sexo.

shh... soy tu dueño |L.T|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora