(sin cartas parte 3)

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Rachel llegó a su casa, dejó sus libros en su habitación y camino a la habitación de su hermana para aclarar todo de una vez.

—Tifanny —tocó dos veces la puerta de la habitación de su hermanita.

—¿Qué quieres Rachel?, Puedes entrar —contestó la chica apenas abrió su puerta.

—Quiero que me cuentes lo que te dije en el colegio.

—Bien, toma asiento —Tifanny señaló su cama y las dos se tumbaron en ella.

—¿Eran nuestros amigos? —preguntó primero Rachel.

—Cuando tenías 9 años se mudaron a otra ciudad. Evan tiene una hermana mayor que se llama Natalia, Mateo y Cristian son hermanos, Mateo es el mayor y tienen una hermanita menor que se llama Sofía.

—¿Cómo sabes mucho sobre ellos?

—Te dije, eran nuestros amigos, son primos de Angela, por eso los conocimos —dió una pequeña pausa antes de continuar hablando—. Te volviste muy amiga de Cristian, fueron mejores amigos y el estaba muy enamorado de ti cuando era un niño.

—C-Cristian, ¿estaba enamorado de mi? —Rachel no podía creer lo que su hermana le estaba diciendo.

—Si, espera... ¿El es Cristian del que tanto me hablaste? —Tifanny tenía un sonrisa en su rostro y estaba muy emocionada por la situación—. Rachel si el es Cristian del que me hablaste creo que tienes más oportunidad de salir con el.

Muchos recuerdos volaron en la mente de Rachel, recuerdos que incluía todas las cartas de anónimo.

—¿Cómo pude olvidarlos? —una lágrima salio del rostro de Rachel.

—No es tu culpa Rachel, no llores —intentó cosolarla su hermana, pero Rachel no lloraba de tristeza; ella lloraba por que al fin recordaba a su anónimo y estaba muy feliz de hacerlo.

Anónimos A Rachel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora