Mi rey

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 Decirle rey, obviamente en secreto, a David, era ya una costumbre. Su nombre era digno de ese apodo. No porque en mi corazón tenga coronita, si no porque con una simple sonrisa reinaba felicidad en mi. Claro, eso no le daba superioridad, el no decidía en mi. Pero parecía ser mejor que todos. Tenia algo que ningún otro tenia.

  Pase muchos minutos mientras estaba en el mismo lugar que el, observándolo, buscando cada detalle de su figura. Todo me parecía exquisito. El encajaba perfecto en mi palacio. Su forma de vestirse de negro lo hacia verse como un chico rockero, con su estilo, un chico heavy. A decir verdad lucia tan bien con sus remeras negras, largas y con nombres de bandas de rock, al igual que cuando se ponía remeras blancas, o su campera de cuero. El hacia que la ropa se luzca tan bien, que hacia que el pareciera una estrella resplandeciente en un cielo oscuro.

 Y es que en cierto modo, el y su sonrisa me elevaban a las estrellas. David habia llegado en el momento justo, mi palacio hecho ruinas, y mi corazon hecho trizas. Quizás un rey salvaria y pondria orden a este desastre emocional que soy. 

 Tenia 17 años cuando lo conocí, dos años mayor que yo. Que bueno que la diferencia no era tan grande, aun recuerdo sus palabras. Recuerdo que fue aquel día en que volvimos de la escuela juntos. Los dos solos, hicimos únicamente seis o cinco cuadras, pero me conforme, era nuestra primer conversación larga que hubiéramos tenido. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, aunque fue exactamente el 18 de agosto de 2016. Lo tengo archivado en un papel dentro de mi baúl. En fin, recuerdo que hablábamos de música.

-Y vos que tipo de música escuchas?- Le pregunte, juro que trate de que mi voz sonara natural, es que estaba muy nerviosa.

-Mas que nada, rock pesado, algo bien heavy- *Era tonto preguntarle eso, yo ya sabia la respuesta*. -Y vos?

-Y, a veces pop, bah es mas depende del día, digamos que escucho de todo un poco-Era una respuesta sin originalidad, pero a ¿Quien le importaba?.

-Así que la niña escucha de todo un poco- Así de fácil, mi corazón se acelero al escuchar eso.

 Acaso había escuchado bien?. Juro que sus palabras habían sonado tan bonitas, su voz, el hecho de que me haya dicho "niña" me parecía tan tierno. Creo que a veces reacciono tan tarde, pero con David, aunque dijera cualquier cosa, todo fluía.

-Ay, ¿por que niña?-Le pregunte.

-Soy mas grande, bah, cuantos años tenes?

-15

-Viste, soy dos años mas grande.

 Luego de eso, lo mire y me encontré con su mirada. Era algo bueno que tenia David, lo mirabas y el te miraba a los ojos. Era como si se formara una conexión de miradas, y parecía ser que después de eso no existía nada ni nadie que pudiera arruinar ni romper la conexión.

 Pero, me equivoque, como el 80% de las veces en mi vida, me equivoco, cometo errores, soy humana, y me había equivocado muy feo. Mi rey, mi precioso David, ya tenia una reina, y peor aun, una princesa. Las dos mujeres que terminarían rompiendo siempre nuestra conexión, o al menos la que yo veía, eran ellas nunca iban a salir de su vida. Y lo mas estúpido de todo es que yo ya sabia eso, desde el principio sabia de sus existencias. 

 Y aun sabiendo de la existencia de ambas, no frene aquel sentimiento que empezaba a florecer, deje que las raíces se extendieran en mi corazón, deje que mi enamoramiento por el creciera y alto, bien alto. Tan alto que tenia miedo de que los frutos de ese amor, terminaran por destruir mi corazón, mi ser. No se porque deje que esto creciera, si sabia que enamorarme de el era un camino directo a sufrir.

 David y su sonrisa. David y su perfecta altura. David y su manera de vestirse. David y su humor raro. David y su figura sexi. David y su mirada. David resaltando entre todos. 

 El, mi rey. David con su existencia arrasando mi corazón. 

-FanaticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora