Cenizas

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Dos días después Hinata logró restaurar su sonrisa (aunque fuese falsa). Había pasado dos noches enteras llorando, ya era hora de sonreír un poco al mundo.

Con o sin corazón.

El chico se miraba al espejo ese día antes de partir al colegio. Parecía triste, debía componer eso, pero aún no terminaba de levantar todos los pedacitos de cristal que quedaban dentro de él.

Si continuaba así su alma se convertiría en un cristal entero.

Se frotó los ojos y volvió a sonreír al espejo. No era creíble, pero debía aparentarlo.

Salió de casa cargando el montón de trozos de cristal en el interior, seguro que si lo veías profundamente a los ojos alcanzarías a observar cada diminuto cristal.

¿Quién no quisiera ayudarlo? Era un sol apagado, muerto. Más correcto sería describirlo como una fogata comenzada por quemar cartas con palabras dulces e inocentes de amor, sentir como el cálido fuego de su alma había estado consumiendo los tiernos sentimientos para luego ser apagado por un fuerte viento y un violento aguacero.

Solo quedaban cenizas donde antes crepitaba una hermosa llama roja y naranja.

Ahora era como un sol muerto.

𝑨𝒍𝒎𝒂 𝑫𝒆 𝑪𝒓𝒊𝒔𝒕𝒂𝒍 ×𝑲𝒂𝒈𝒆𝑯𝒊𝒏𝒂×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora