-2- Vuelta

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Llegué a la estación de "La coma" y seguí caminando. Di un pequeño salto desde el vagón al andén. Vi a mucha gente con paraguas entrando a la estación, por lo que pensé que estaría lloviendo como en toda la tarde. Una vez más mis intuiciones no fallaron; llovía incluso más que antes.
Mi apartamento no se encontraba a menos de 1km, por lo que para no mojarme y llegar rápido iría corriendo.

Tomé aire y me decidí a correr como nunca lo había hecho antes. En esta ocasión también era el único idiota sin paraguas, volví a pensar: "¿Por qué soy así de estúpido?"

Ya podía ver la entrada a mi urbanización de lejos, cuando mis pies no calcularon bien o lo mismo soy muy torpe, pero el caso es que me tropecé y desafortunadamente me caí de lleno en un gran charco de agua, quedando como una alfombra en el camino. La verdad es que al caer me llevé un buen golpe en la rodilla y al examinarla confirmé que estaba sangrando...
Pensé que aquello no podía empeorar, pero esta vez mis intuiciones fallaron, pues me llevé un gran susto al escuchar la voz de alguien muy familiar.
Gritaba mi nombre a lo lejos, y sus pasos llegaban poco a poco a mis oidos.
Perfecto, ahora tendría que explicarle a esta persona qué coño hago yo en la calle tumbado en un charco con una mochila en la que guardo un diario de una chica que no conozco...

Por una vez quise desaparecer, pero obviamente esto no ocurrió y en cambio, empezaron a acercarse más personas. Me estaba empezando a poner nervioso, así que apreté los dientes y di un salto con el que me puse de pié. Apenas unos segundos tras hacerlo empecé a correr sin desvelo hacia delante, sí, he dicho hacia delante, no al apartamento. ¿La razón de esto último? Sí, a mí también me gustaría saberlo. El caso es que lo único que quería era olvidarme de todo el rollo que se estaba montando ahí y despejarme un poco. Fui a cruzar la calle cuando sonó un estruendoso pitido proveniente del coche que se encontraba a menos de 4 m de mí. Las luces me cegaron y lo único que pude hacer fue suspirar, pero una vez más tropecé y aproveché el impulso para llegar a la otra acera, estúpido pero astuto por mi parte.

Reaccioné rápidamente y vi como el coche pasó como una bala, pero se paró de un frenazo poco más allá de la calle. Me dio la sensación de escuchar un portazo, exactamente de un coche, y a lo lejos vi a un hombre calvo en camiseta de tirantes y con una perilla bastante poblada, la verdad es que su cara no mostraba un intento de amistad, más bien de destrucción. Me gritó algo, un insulto que curiosamente no recuerdo.

Esto no pintaba nada bien, así que le dediqué un beso a distancia a aquel hombre y salí corriendo a mi apartamento.
El hombre fue tras mi, pero al girarme pude verle en el suelo, en aquel charco, por lo que sonreí y llegué a la urbanización.
Fui a sacar las llaves, cuando me di cuenta de que no las tenía, ya que no llevaba la cartera. Me decidí y salté la puerta para adentrarme en el edificio...

*     *     *

Subí las escaleras con el propósito de no encontrarme a ningún chismoso vecino que se pudiera reír de mi estado. Aproveché para secarme un poco, y también pensé en ocultarme la herida de la rodilla para no asustar a nadie de mi familia. Llegué por fin al piso, pulsé el timbre varias veces y se escucharon pequeños pasos acercándose a la puerta.
Se abrió y me encontré a mi madre en frente, la cual me abrazó y me llenó de besos, lo típico de las madres. Le conté todo lo que ella debería saber, lo justo, pues no me interesaba que supiese lo de aquella chica y lo de la lluvia. Tras esto me encerré en mi habitación.

Me quité la ropa y me tumbé en la cama, saqué el móvil y me metí a los mensajes. Tenía 600 de un grupo silenciado que sinceramente me sigo replanteando todavía por qué sigo allí, total lo único que hago es dejarlos en visto, pero lo dejé pasar otra vez. Miré la hora; 18:44 . Bloqueé el móvil y lo coloqué en el suelo. Miré mi mochila y recordé todo lo ocurrido, cuyos hechos no le había contado a mi madre ni a nadie.
Supuse que a aquella chica le gustaría volver a tener en sus pertenencias ese diario, pero no sabia nada de ella. Sólo que era hermosa y rubia, ¿He dicho ya que me gustan las rubias?

La respuesta a todo referente a ella estaría supuestamente en aquel diario, pero tampoco me apetecía hacerla pasar un mal rato si lo leía.
Sonaron varias notificaciones en mi móvil; eran mensajes de mi amiga Alicia, la supuesta persona que me vio mientras yo estaba tumbado en aquel frío charco.
Decidí no abrir el mensaje, pues sinceramente no me apetecía nada hablarla ni darla explicaciones.
Alicia se suele preocupar bastante por los demás, pero no le gusta admitirlo. Es muy mona... Espera ¿Mona? ¿Qué digo? ¿Desde cuándo Alicia es mona? Creo que debo descansar...

Al final cogí a los únicos dos amigos que siempre están para ayudarme; los auriculares. Me los puse y empecé a escuchar rap, el género musical que me encanta.
Poco a poco me fue entrando el sueño, hasta el punto en el que mis ojos se cerraron por sí solos...
Era un momento tan tranquilo, tan de ensueño...
Pero obviamente tenía que venir alguien a joder la ocasión; de repente sonó el timbre de casa. Pude escuchar a mi madre yendo a abrir, después se escucharon los saludos y unos besos. Solo pensaba:
~No puede ser...
~Tenia que ser ahora...
~Ese idiota...

Fue entonces cuando se escucharon las voces más cercanas, la puerta de mi habitación abriéndose y su rostro...
Cuanto odio a ese cabrón.

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Hey! Soy Happy! :3
Decir mi nombre ha sido muy estúpido xD
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Si tenéis alguna duda, alguna cosa que penséis que debo cambiar o algo podéis ponerlo en los comentarios ^w^

Ya por último,
Puede que el siguiente capítulo lo suba el Miércoles, ya veré ^^

Happy~

BAJO LA MISMA RUBIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora