Tras ducharme después de correr por la mañana empiezo a prepararme para ir a la Universidad. Hoy me siento más cansada de lo habitual, seguramente por el numerito de esta mañana en la cocina. Ese chico me pone de los nervios solo con pensar en él. No solo trae chicas al apartamento sino que trae a sus amigos cuando le da la gana, no recoge su ropa ni lava los platos, y tampoco compra su propia comida sino que coge de la mía. Y sinceramente estoy harta. Luego está el hecho de que vamos a la misma Universidad, y no me gustaría que la gente se enterara de que vivo con Dylan Evans, porque señores, Dylan tiene fama de mujeriego egocéntrico al que solo le importan las fiestas, las tías y el alcohol. Y lo último que necesito ahora mismo es complicarme la vida todavía más. Por ello intento hablar lo mínimo con él, y Dylan parece corresponder mis mismos pensamientos, lo único que compartimos es apartamento y así seguirá siendo.
Salgo de mi habitación con mi bolsa llena de libros colgando de mi hombro, la dejo encima del sofá y me dirijo a la cocina para preparar mi desayuno, normalmente desayuno en una cafetería al lado del campus pero hoy se me ha hecho tarde, con lo cual esa ya no es una opción. Abro la alacena de arriba y saco una caja de cereales, del fregadero cojo un bol y el brick de leche del frigorífico. Pongo los cereales en el bol y hago lo mismo con la leche, pero para mi sorpresa no hay leche. ¿Por qué cojones no hay leche? Mi frustración va aumentando por cada segundo que pasa, tanto es así que ahora mismo tengo ganas de tirar ha cierta persona por la ventana.
Intento tranquilizarme lo máximo posible, no tengo tiempo para discutir con Dylan, aunque también temo partirle la cara, por que lo haré si aparece ante mí en estos momentos. Aun molesta vuelvo a depositar los cereales en su caja y la guardo en su lugar. Tras ingerir un vaso de zumo salgo velozmente del apartamento y me encamino ha la universidad.
* * *
Tras unos minutos llego a la universidad, al fin y al cabo algo bueno tenía que tener vivir en ese apartamento. Entro en el aula de medicina forense que ya está casi llena y paso a ocupar un sitio al final. El profesor Bennett entra de inmediato sin darme tiempo a sacar mis apuntes. Me apresuro antes de que comience ha hablar y preparo mi libro y mis anotaciones de la asignatura, saco un boli de uno de los bolsillos de mi bolsa y miro al frente totalmente preparada.
– Bien, antes de comenzar la clase he de comunicaros que he hablado con el profesor Larson y nos dejará asistir la semana que viene a su clase junto a algunos compañeros de tercer año, veréis un cadáver por primera vez– la gente a mi alrededor susurra, y juraría que algunos están hasta contentos, como si estar en presencia de una persona muerta fuera algo que celebrar– ahora prosigamos con la lección por donde la dejamos la última vez.
Y de esta manera seguimos con la clase, y he de decir que me encanta esta asignatura, en el instituto se me daba bien la biología, y medicina legal es prácticamente lo mismo, aunque más enfocada a los delincuentes, la reacción de las personas e inclusive muertos.
Y la razón por la que estudio criminología es -en parte- por mi familia, mi padre fue policía, mis hermanos son policías, y yo como buena hija se suponía que también lo sería, hasta que le dije a mi padre que no quería, y me costó convencerle de que quería estudiar criminología, pero aceptó ya que de cierta manera está relacionada con el mundo policial, y que soy yo quien tiene que elegir, no él, cosa que le dejé bien clara.
El resto de la mañana pasa rápidamente y cuando me percato ya me encuentro en la cafetería con Anna y Mackenzie. Decidimos comer hamburguesa -que resulta ser lo único bueno hoy- y nos sentamos en nuestra mesa a un lado del comedor.
– No os vais a creer lo que me han contado– dice Anna sentándose en la mesa totalmente emocionada.
– Sorpréndeme– espeta Mackenzie divertida ante el dramatismo de mi amiga y se come una patata frita de su bandeja.
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Quédate a mi lado
Teen FictionOlivia Adams ha sido aceptada en la Universidad de California, así que decide que ya es hora de independizarse y vivir sola, pero sus planes se ven desbaratados cuando tenga que compartir piso con Dylan, un chico insoportable y tremendamente sexy qu...