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-Este es el cubículo donde se puede cambiar, iré a llamar a una asesora-

- ¿Una asesora? –

"Una mujer... ¿Una mujer?... ¡Una mujer!... ¡¡NOO!!"

-Espere, por favor, no piense que yo...-

-Oh no no no, no es eso-

-Solo por favor, tráigame cualquier sostén- Aprisa cerró la persiana del cubículo, adentrándose mientras escuchaba las pisadas alejarse.

"¿Acaso tengo cara de calentura? Estúpido"

Bajó la vista al conjunto que le fue seleccionado, no se veía tan mal y le hacía lucir el cuerpo aún más esbelto. En la mañana había tenido la oportunidad de ver más de cerca aquel ajeno cuerpo, y a pesar que había visto alguna que otra chica desnuda en su vida, se trataba del cuerpo en el que él se encontraba y aquello no era de su agrado. Al bajar la sudadera, recordó que aún no había seleccionado ropa interior, y con aquel Jean puesto, su entrepierna se vería en terribles problemas. Decidió esperar a que aquel trigueño y lindo joven regresara... Si es que lo hacía.

-Señorita, aquí hay uno que puede probarse-

"Bendito seas"

-Gracias- Estiró el brazo para recibir la... ¿Gran prenda?

-Es talla 36, me pareció que era la indicada-

-Jejeje sí. Disculpe, pero... ¿Podría traerme unos pantys? – A pesar de lucir una magnifica tez blanca, esto no evitaba que la vergüenza tiñese sus mejillas de un lindo color rosado, para su fortuna, la cortina aún se encontraba cerrada y su rostro detrás de ella.

-Espero que no le moleste, pero me adelanté y le traje estos-

Ahora junto al atuendo, se encontraban unos pantys lilas de encaje.

"Sé lo que tramas muchacho"

Frente al espejo, se erguía su despampanante figura, aun sin ponerse la ropa casual, la ropa interior le avergonzaba de sobre manera.

-*-

Pasos rápidos se encaminaban hacía el paradero de buses, hacía menos de 20 minutos acababa de salir de la tienda, no sin antes haber recibido unas cuantas miradas de algunos compradores e indiscutiblemente de los asesores, y aquel muchacho.

- ¿Jackson eh? –

Transcurridos unos 10 minutos, los pasajeros ya se encontraban siendo llevados a un destino marcado, la zona de Gangnam. El vehículo no iba a gran velocidad, lo cual permitía apreciar el paisaje de la ajetreada ciudad a las 5:30 de la tarde. Las luces de los locales comerciales, daban un ambiente vivo y jovial, y a medida que el vehículo avanzaba, los marrones ojos de la señorita sentada en la parte de adelante, se enfocaban en los jóvenes que ya partían hacia los centros de diversión nocturna.

Una vez en el paradero indicado, pasó la tarjeta y se dispuso a bajar, aquella zona que transitaba, era de los barrios antiguos, por ello, la histeria y juventud antes vista, ya no se encontraba a simple vista.

-Buenas noches señorita, ¿Hacia dónde se dirige? –

-Buenas noches Señor Lee, a donde siempre- Levantó sus hombros restándole importancia, pero su marcha fue detenida abruptamente.

- ¿Hacia cuál apartamento se dirige? -

-Este... Apartamento 401-

-Llamaré al señor Im, permítame-

"No pensaste en eso, idiota. ¿Y ahora qué?"

-Jaebum no sabe que vengo-

- ¿Disculpe? -

-Es que es una sorpresa-

-Señorita discúlpeme, pero no la puedo dejar entrar sin autorización del señor Im-

-Oh, es que soy la hermana menor de Jaebum y como casi es su cumpleaños, pensé en venir a darle un presente, pero veo que no va a ser posible. En ese caso dígale a mi hermano, que estuve aquí- Estaba dándose vuelta, cuando la ronca voz del hombre se hizo presente.

-Realmente si se parece al señor Jaebum... La puedo dejar pasar, pero si el señor Jaebum no llega pronto, tendré que pedirle que se marche-

-Comprendo, si mi hermano no llega, me iré-

- ¿Necesita que le abra? -

-Tengo llaves, gracias-

Y a paso ligero, salió del recibidor y subió las escaleras tan rápido como sus nuevos pies le permitieron, ya al frente de la puerta, su vista periférica le facultó ver a su vecino saliendo. Ese muchacho era todo un Don Casanova con las mujeres, pues siempre le veía ingresar al apartamento, con chicas diferentes.

-Hola linda- Sus manos temblaban mientras torpemente intentaba abrir la chapa.

-Hola Yugyeom-

"Jinyoung sí me dijo que debía cambiar este maldito cerrojo"

-A hyung esa puerta siempre le da problemas- La voz se escuchaba detrás suyo, cosa que le puso los nervios de punta.

-Lo sé, es una mierda-

-Vaya, una chica ruda- El cuerpo de la joven fue movido de su lugar para dar paso al muchacho. -Con que así le gustan a hyung-

Jaebum conocía esa técnica, hablar con voz profunda y mirar penetrantemente a su víctima, típico de Yugyeom.

-Ta dah, quedó abierta- Abrió la puerta para dar paso a la chica.

-Gracias- Sonrió estando ya detrás del umbral de la puerta, hizo una venia a modo de despedida y cuando estaba a punto de cerrar...

-Oye-

- ¿Sí? -

-Llámame cuando necesites... Que te abra-

-Adiós- La puerta fue cerrada rápidamente.

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¿Cómo han estado? ¿Las clases les carcome la vida? Porque a mí sí :v

Excúsenme la tardanza de la capítulos pero la universidad se complica de poco en poco, por ende, mientras tanto, saboreen a este par de muchachos. Gracias.

 Gracias

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Yo, no soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora