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-Discúlpame no fue mi intención-

Solo los sollozos se escuchaban y las leves convulsiones de la chica hacían su cuerpo estremecer.

-Yo no... Por favor no llores- Con cautela se levantó de encima del cuerpo ajeno. -Soy un imbécil, por favor, perdóname, no suelo comportarme así-

-Jamás te comportas así- Esta vez el delicado cuerpo se giró hacia un costado.

-Son episodios...-

-De furia, te dan cuando dejas caer un plato recién preparado o te regañan por culpa de Mark-

Los ojos del menor se clavaron incesantes sobre la figura que le daba la espalda, las piernas se encontraban manchadas, y debido a la posición en la que le obligó a estar, el short y el cobertor quedaron manchados.

-Ya vengo- Salió corriendo de la habitación.

Dos minutos le tomó a la chica levantarse y dirigirse hacia el baño, con la ropa fuera y su cuerpo al desnudo, entró en la ducha. El agua limpiando los fluidos de su humanidad le hacían sentir a gusto, aprovechando también para lavar los únicos interiores que había conseguido para su nuevo cuerpo. Una vez fuera de la ducha escuchó la puerta del apartamento abrirse, no tuvo miedo, había lidiado con esos ataques más de una vez y de respaldo sabía que Jinyoung no sobrepasaba sus límites aún estando en ese estado.

-Te traje algo. ¿Dónde estás? -

- ¿Vas a golpearme otra vez? -

- ¡NO! Juro por Dios que jamás te vuelvo a lastimar-

-En el baño-

Los pasos se escuchaban por el pasillo.

-Nunca había golpeado a una mujer, y nunca volverá a suceder ¿Sí? -

La chica abrió la puerta del baño con total seguridad, la presencia de Jinyoung le hacía sentir seguro sin importar qué.

-Mira-

-Gracias por el regalo- El paquetito de toallas le dio ternura. -No sabía que venían con figuritas en el empaque-

- ¿Nunca habías comprado toallas? -

-A mi hermana no le gusta hablar de ese tema conmigo, dice que le da vergüenza-

-Hmm...-

-Pero tengo un problema-

- ¿Cuál? -

-Solo compré un juego de ropa interior-

- ¿No tienes más? - El joven sentía la incomodidad en su cuerpo, la chica se encontraba envuelta en una toalla y nada más, y ahora de ante mano sabía que no tenía más ropa interior.

-No pensé que iba a empezar a sangrar de la nada- El retorcijón de hacía unos minutos retornó su punto, esta vez dando de lleno en su pelvis. - ¡Auch! -

- ¿Qué sucede? - Con sus brazos sostuvo a la chica para que no cayera. - ¿Cólicos? -

-Ujum- El dolor no le permitía pronunciar más.

Reclinó a la chica en la cama y rápidamente corrió hacia el closet de la habitación y tomó los primeros bóxeres que encontró, sin pensarlo mucho comenzó a acomodarlos en las torneadas piernas.

-La zona de venta de ropa está a 15 minutos, no tardo ¿Vale? - Asintió sin más.

Aquella persona que acababa de salir del apartamento, aquel chico con quien ensayaba sus clases de actuación, aquel con quien había pasado momentos pésimos y magníficos, ese primer hombre a quien su mente y espíritu no temió en decirle Te amo, ese era Park Jinyoung, el verdadero Park Jinyoung. No pudo evitar esbozar una sonrisa, ese era el comportamiento natural de su novio, amable y atento, con todos y cada uno de los que le rodeaban.

Yo, no soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora