II

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Cierro los ojos por un instante y empiezo a soñar.

Sueño que me encuentro en Berlín, caminando a través de un hermoso parque. Parece que voy sin rumbo, pero es entonces cuando Él aparece. Está ahí parado, usando un gran abrigo y un gorro, todo de negro, como le gusta vestir, luciendo tan majestuoso como siempre.
A medida que me voy acercando empiezo a ver su intensa mirada acompañada de una pequeña sonrisa, la misma que me hace sentir mariposas en el estómago cada vez que lo veo y que hace que mi corazón se acelere hasta el punto de sentir que éste abandonara mi pecho y la que hace que mi cerebro se inunde de sensaciones exquisitas.

Finalmente estoy frente a Él y, como siempre, me recibe con un gran abrazo, me eleva en sus brazos y, justo cuando lo voy a besar una grave y familiar voz me despierta.

- No crees que este lugar es muy solitario para una niña como tú?

Abro lo ojos de golpe y ahí esta, sentado junto a mi, mirandome con su tierna mirada, sonriendo.

- Te estaba esperando - le dije mientras me levantaba.

- ¿De nuevo sin suéter? - dijo regañandome

- Tu sabes que no me gusta usarlos -le dije, a lo que respondió con un gesto burlón mientras extendía sus brazos para abrazarme.

3 a.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora