Cuatro mil palabras máximo, y un final inesperado.
Son las únicas condiciones que debe cumplir una historia para poder participar del Reto de Editorial Ímpetu (¿) Y como ninguna de mis historias cumple con esos requisitos, asumí el riesgo de escribir una en contra del reloj, puesto que en menos de una semana acaba el plazo para darla como terminada. ¿Y por qué riesgo? ¿Qué pierdo si no la termino a tiempo? Algo de ego, para ser sincera. Escribir cuatro mil palabras en sí puede que no sea tan complicado, después de todo estoy acostumbrada a hacer capítulos entre dos y tres mil, por lo que agregar otras mil no es tan diferente (Taaaan). Sin embargo, que una historia tenga cuatro mil palabras, ni una más ni una menos, significa que la historia debe ser tan especial, inspiradora o poderosa como una de ochocientas páginas. Que tenga un final inesperado es, también, un reto gigante. Generalmente algunos finales son predecibles, o bien, son los que todo el mundo quiere y con el que todos quedamos contentos. O, por otro lado, son finales abiertos, dejando paso a que el lector adivine cómo siguen las cosas y que sea feliz imaginando que murió el personaje que odiaba o que el protagonista formó una familia... (a veces con uno mismo, ¿No? ¡Reconózcanlo!)
Pues bien, sin tener ninguna idea viable con estas condiciones recurrí a dos amigas: Mayra y Mairis, o más conocida como May (a las que debo el nombre de un nuevo personaje en otra historia que estoy escribiendo). Luego de hacer una lluvia de ideas llegué a la conclusión de que la historia trataría sobre un joven ciego.
¿Cómo describir la vida de una persona ciega desde SU propio punto de vista?
"Sé el ciego", me dijo Mayra entre risas. Asentí entusiasmada. "Sácate los ojos", me dijo después.
Me gusta describir mucho, sobre todo los colores y tonalidades. Si ahora seré el ciego no podré hacerlo; deberé centrarme únicamente en olores, sonidos, sensaciones táctiles y pensamientos, cosa que en si son un grandísimo reto. El final, pues, deberá ser inesperado.
Como el mundo de los colores desaparecerá de esta historia, abriré paso al mundo de los sonidos, por lo que cada capítulo (que no será demasiado largo) irá acompañado de una pieza de música clásica, la cual tendrá relación directa o indirecta con la historia.
Espero sus lecturas, votos y comentarios de todo tipo.
¡Nos estamos leyendo!
Una dedicatoria especial para Mayra y May, y para la editorial recién mencionada. ¿Qué esperan a seguirla?
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¿De qué color son las estrellas? [COMPLETA]
Short StoryArturo es un joven ciego que ha perdido casi por completo las ganas de disfrutar de la vida. Ya ni siquiera recuerda cómo o cuándo perdió la vista, tampoco es capaz ya de recordar su pasado o de imaginar un mejor futuro. Sin embargo, una hermosa ca...