05.

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— ¿Quieres entrar?

Dos palabras bastaron para dejarme helada, muda y con los pies clavados en la tierra. No procesaba las palabras, no procesaba la pregunta, no procesaba qué quería decir.


***


Hemos estado todo el camino en silencio, pensando cada uno en lo suyo y echándonos miradas de vez en cuando. No articulábamos palabra alguna, pero sin embargo ese silencio ya no era incomodo como los anteriores. Cada vez que lo miraba, me moría de curiosidad por saber que mierda pensaba con mi presencia a su lado. Me gustaría tener telepatía.

Podía notar como de vez en cuando me echaba una mirada por el rabillo del ojo. ¿Y si es un asesino en serie y esta planeando la manera de como matarme y esconder mi cuerpo? ¿O si es un alíen que viene a conquistar el mundo y yo soy su primer presa? Tengo miedo.

Estaba nerviosa, ansiosa, tenia curiosidad. ¿Quién es Min Yoon Gi?, ¿Por qué vino desde Daegu hasta Seúl? ¿Por qué me esta acompañando a casa?, ¿Le caigo bien o no?. Todo este tipo de preguntas rondaban por mi mente una y otra vez, sentía que dentro de poco me iba a explotar la cabeza de tanto pensar. La maldita curiosidad me estaba carcomiendo la cabeza y no se veían -ni por asomo- nuestros apartamentos.

Solté un gran suspiro -internamente-, cuando vi la gran entrada de ladrillo antiguo a lo lejos. Aceleramos un poco el paso y entramos al patio compartido de todo el establecimiento. Me había quedado a unos pasos detrás, observando su pequeña pero fuerte espalda mientras subía las escaleras al bloque de apartamentos.
Dos escalones. Dos simples escalones faltaban para que ambos separáramos caminos y nos fuéramos cada uno para su respectiva puerta. Pero él me detuvo girándose sobre sus talones, a un escalón por encima de mi, mirándome profundamente con sus ojos oscuros. 

— Basta de rodeos. — dijo mirándome desde más arriba que de costumbre y con sus manos en sus bolsillos. Me sentía como un perrito a su lado. — ¿Quieres entrar?

Ahí estaba la pregunta, esa pregunta que aún seguía sin entender su significado.
Estuve varios segundos mirándolo a los ojos, mientras procesaba sus palabras.

— D-disculpa. — bajé mi mirada a mis pies — no entiendo.

Se volvió a girar y subió el último escalón diciendo algo en voz baja que no logré escuchar. Me miró esperando que reaccionara y avanzará por la escalera de una puta vez.
Subí los últimos dos escalones que nos separaban y me pare frente a él.

— Adiós. — me despedí tan rápido que no sabía si estaba hablado en chino, hice una reverencia rápida y me giré para irme emprendida a mi piso.

Gruñó haciéndome pensar que estaba molesto, pero no. Me tomó fuertemente por la muñeca y en un movimiento rápido, me acorraló contra la puerta de su apartamento, poniendo su pierna entre mis muslos y levantándome el brazo que había agarrado.

— Q-¿Qué haces? — estaba en pánico con mis ojos cerrados fuertemente. Ya estaba despidiéndome de los pocos años de vida que llevaba.

No respondió mi pregunta. Sólo sentí como posaba sus suaves labios sobre los míos.

Al principio mi mente y toda yo estaba en shock, pero luego me deje llevar por sus suaves movimientos. La manera en que besaba me hizo perderme a mí misma, si, era un beso lento, pero era mágico.
Es como si agarraras una gran cucharada de azúcar y la comieras así sin más, tan dulce que te dan ganas de más.

Neighbors  ☾ YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora