"Capitulo 3"

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—miren quien está aquí ¡es maldito humano! — grito riéndose con los demás -

—por favor dejen de molestarme — suplique sin expresión.

—¡valla si es el humano, con razón nunca le crecieron los colmillos! — contestó el que estaba a su lado y empezaron a reír.

—por favor me pueden dejar en paz - dije con un hilo en la voz y con lágrimas en los ojos -

—¡miren el niñato, ya va a empezar a llorar! — los dos hablaron al mismo tiempo y comenzaron a reír.

—¡dejen me en paz! — grite enfadado.

Abrí los ojos por un dolor descomunal en mi espalda, sentía como algunas hojas del árbol de donde estaba durmiendo caían sobre mi cara.

Me levanté y me quite las hojas de todo el cuerpo, me di cuenta que todos estaban dormidos y que las antorchas estaban apagadas.

Mire a todos lados extrañado ya que siempre mi padre dice que la seguridad en primordial.

Seguí caminando con cuidado de que nadie despertara hasta que de pronto un leve viento se hizo presente.

—Ichirohiko...vamos a jugar pequeño... — empece a mirar a todos lados asustado.

Vi un color azul y algunos otros, intente correr pero de repente las luces me empezaron a rodear.

Estaba asustado pero algunas otras luces aparecieron en fila como si tratarán de mandarme a algún sitio, me mandaban al bosque oscuro.

Dude en caminar hacia las luces pero eso hice, tarde algunos minutos hasta llegar a la cascada más cerca del valle, las luces me mandaban dentro de la cascada y eso hice.

Para mí sorpresa al cruzar el agua no me moje, a lo lejos pude visualizar un espejo con un hermoso marco de metal.

Me mire en el espejo y me mire por un momento, tenía cientos de raspones y golpes por mi cara, de repente una sombra negra apareció detrás de mí.

Aquella sombra tenía mi altura y sus ojos estaban completamente bancos, tenía los dientes en punta y con una terrible sonrisa que me consumía lentamente.

—¡ahhh!

Pov Kyuta

Abrí los ojos lentamente encontrándome con mi mano con un bendage, entrelazada con la de Kaede que aún seguía dormida.


Con cuidado me levanté del suelo y salí de mí "hogar", todos estaban en el suelo con cobijas para cubrirse del frío.

Di una pequeña sonrisa al ver todos, había un gran silencio algo que de verdad me preocupaba.

Ni un solo sonido, ni siquiera algún pájaro por el suelo, mis nervios incrementaban por cada segundo.

Cuánto más caminaba en círculos más extraño era, trate de encontrar a Ichirohiko o a Jiromaru pero fue imposible.

Mire por un momento mi hogar dudando si era buena idea alegrarme demasiado, comencé a caminar con cuidado de no despertar a nadie cuando pude ver a lo lejos a Jiromaru pero no había señal alguna de Ichirohiko.

—Buenos días Jiromaru, ¿no has visto a Ichirohiko? — pregunté preocupado.

—no, lo estaba buscando — contestó mirando alrededor — pensé que estaría contigo

—no yo lo llevo buscando un buen rato

En ese momento un temblor empezó a hacerse presente, poco a poco se hizo fuerte hasta el punto yo en el cual caí al suelo.

Todos se despertaron y los gritos no se hicieron esperar, personas corriendo de un lado a otro buscando refugio, Iozen de repente apareció tratando de calmarlo a todo el mundo.

En ese momento comencé a correr sin importancia alguna a la casa, al llegar pude ver a Kaede con lágrimas en los ojos sosteniéndose de un árbol para evitar caer.

Los pedazos de rocas de las casas cercanas o ramas de algunos árboles empezaron a caer, apenas estuve cerca de ella y la tomé de su mano.

—¡Kaede tranquila estoy aquí! — ella me tomo de la mano y cerró los ojos.

Cuando los movimientos de la tierra verifique que Kaede se encontraba bien pero solo se podía escuchar como lloraba el niño más pequeño del valle.

Su madre trato de calmarlo pero simplemente empezó a llorar más que antes, incluyendo los aprendices de Iozen lo trataban de calmar.

Solo paso un momento y escucho un gran gruñido que provocó un gran susto de nuestra parte, nadie podía hacer ningún movimiento por el miedo.

De la nada hubo un gran viento que hizo que volarán todas las mantas, hojas y algunos otros objetos que ocupaban todos para taparse durante la noche.

—¡todos nos vamos al valle del sur! — grito seguro — ¡en estos momentos estamos en peligro será mejor avanzar!

Todos empezaron a tomar las cosas que quedaban en el suelo y empezaron a caminar para salir del valle.

—Kaede tienes que irte — le hable mirándola fijamente.

—no yo no me iré — respondió segura.

—por favor Kaede hazme caso — dije colocando mis manos en sus mejillas.

Ella me miro por un momento y finalmente acepto asintiendo con la cabeza.

—¡Momoaki! — grite y el se acercó a nosotros — por favor llévala contigo al pueblo del sur

—si tranquilo — contestó mirando a Kaede — vamos acompáñame, me podrías ayudar con los niños

Ella me miro y me dio un beso en la mejilla para después desaparecer entre la multitud, solo segundos después Jiromaru estaba a mi lado.

—¿Kyuta que aremos? no sabemos dónde está Ichirohiko — pregunto preocupado.

—organizaremos una búsqueda por todo el valle — conteste serio — ¡todos presiéntenme atención!

Todos los aprendices nos voltearon a ver esperando nuestras órdenes, me su al árbol donde anteriormente tomaba la mano de Kaede.

—se dividirán en 10 grupos, busquen a Ichirohiko y busquen señales de algo extraño

Todos se retiraron y yo miraba como todos se alejaban de donde él estaba, hasta que escuche una voz que provenía del suelo.

—¿Momoaki? — pregunté sorprendido al verlo.

—¿Kyuta que haces aquí arriba? — pregunto preocupado — pensaba que te habías ido con los demás a buscar a Ichirohiko

—¿pero tú que haces aquí? — pregunte confundido — pensé que te a vías ido ¿Dónde está Kaede?

—tranquilo ella está bien, ya me iba pero recordé que tenía que darte algo muy importante — contestó sacando algo de una bolsa.

Momoaki tardo solo unos segundos para sacar lo que tenía en su bolso, al sacar su mano estaba cerrada así que supongo que era algo pequeño.

—aquí esta — habló triunfante.

Me acerque y hay estaba mi pequeño amigo que me acompaño durante toda mi vida, mi pequeña mascota, Chiko.

—no me lo puedo creer, Chiko — hable dándole un pequeño abrazo y él daba pequeños saltos — lo iba a llevar conmigo pero nunca lo encontré ¿Donde estaba?

—Iōzen lo escondió para dárselo como recuerdo a Ichirohiko — dio una leve sonrisa.

<<¿él haría algo así?>> Me preguntaba repetidas veces en mi mente y el se escondió dentro de mi ropa, en ese preciso momento vi como muchos aprendices su Jiromaru corrían hacia nosotros.

Momoaki y yo nos miramos y subimos lo más rápido que pudimos al árbol, vimos como todos los aprendices se dirigían a la salida del valle, Jiromaru pudo subirse a una gran roca que se encontraba en algunos metros.

—¡¿Jiromaru que es lo que pasa?! — grite mirándolo.

—¡encontramos a Ichirohiko! — grito seguro.

—¡¿donde está?! — grite confundido y de repente un gran viento movió el árbol.

—¡de nuevo ocurrió!

De nuevo un gran gruñido se hizo presente pero muchísimo más alto, los dos bajamos de donde estábamos y sin decir más Momoaki ya estaba corriendo hacia la salida del valle.

—¿que haremos Kyuta? —

—No lo sé Jiromaru...no lo sé...



El Niño Y La Bestia: El Regreso Del HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora