Los Ojos de un Ángel

Capítulo 6- El niño que quería jugar

Han pasado meses y mi entrenamiento, bueno, ha dado resultado, poco a poco mi poder fué creciendo.

Cierto día estaba en el colegio cuando ví a un niño en el taller, escondido en una caja me acerque y le pregunte:-Oye niño, ¿Que haces aqui?

El chico se asustó y me dijo:-¿Tu puedes verme?, nadie me ha visto en años, ¿No tienes miedo?

Un escalofrío recorrio mu cuerpo al darme cuenta de que era un fantasma, sin embargo, ya le había hablado aunque quisiera no podría correr, solo le dije:- Bueno... soy un Ángel yo si puedo verte... Bueno ya me voy debo ir a clases.

Inmediatamente me fuí, pensaba en lo real que se veía, lo confundí con mucha facilidad y eso me aterraba aun más en eso se acercó Ángel y me dijo:- No tengas miedo, él es perfecto para tu primera prueba.

Yo no podía contestar pues si alguien me viera hablando sola creerian que estoy loca, bueno aunque yo si pensaba que lo estaba.

-No estas loca, deja de decir eso, yo estoy aquí soy real- dijo Ángel.

En ese momento recordé que el podía leer mi mente y me decidí en preguntarle:-"¿Que quieres que haga? Y ¿Que hacia ese niño allí?

- Eso solo tú puedes saberlo cariño- dijo el ángel- podrias averiguarlo esta tarde.

Tenia mucho miedo, pero me escondí, al finalizar las clases y cuando todos se habian ido decidí ir a investigar. Entré al taller pero, no estaba el niño, sin embargo quería saber quien era, razon por la que comencé a buscar en los recuerdos del taller.

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Había una construccion importante al parecer el añcalde quería hacer un centro educativo para los adolecentes, habia una zona en la cual enseñarian distintas habilidades, al parecer seria un tipo de taller, cierto trabajador viudo llevaba todos los días a su hijo de 5 años a aquel trabajo pues no tenía donde dejarlo.

Un día el pequeño niño quería jigar a los piratas con su padre, pero por obvias razones este no podía.

El niño decidió jugar solo y quizo subir a la cima de aquello que su padre ayudaba a construir, desafortunadamente, su padre le gritó que bajara de allí en ese mismo instante pues era peligroso, el niño se sorprendió y perdió el equilibrio, cayendo en un duro cemento, golpeandose la cabeza, en ese momento no hubo nada más que hacer.

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Cuando abrí mis ojos el niño estaba a mi lado y me dijo:- ¿Quieren tu y tu amigo jugar a los piratas?

Miré a Ángel y mis ojos estaban a punto de estallar en lágrimas, ambos asentimos.

Fueron alrededor de 2 horas las que pasaron mientras jugabamos con el niño, hasta que de pronto este se quedó quieto en el centro del lugar, ambos corrimos hacia el pequeño, que comenzó a llorar de inmediato mientras decía:- Gracias por jugar con migo, hace mucho tiempo que quería jugar con alguien, bien, es hora de irme.

Antes de que pudieramos decir algo el pequeño niño nos dió su mayor sonrisa y se desvaneció.

-¿Adonde fue?- dije algo confundida.

-Tranquila, ahora está con su padre- dijo Ángel- allí debió haber ido hace mucho tiempo.

Entonces entendí que para eso era mi don, buscar indidentes que causaran una repentina muerte en alguien que aun tenía algo por realizar y ayudarlo a conseguir lo que quieren, para que porfin pudieran descanzar. Por primera vez no sentí miedo sino paz, por fin entendí que no había razon para temer.