deux;

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*dedicado a _iQueCursi aquí está el otro. amo que siempre seas tú la que me presione para actualizar, aunque ya pasaron 84 años :v

canela suspiró de nuevo, consumido por el aburrimiento. el trabajo en la oficina se había reducido considerablemente, así que tuvo la suerte de salir temprano, emocionado por llegar a casa y atraer el cuerpo de su bebé para recostarse en la cama todo el día mirando películas. pero recordó que alonso tenía escuela, y no saldría dentro de dos horas.

así que ahí estaba, mirando programas setenteros en la televisión con su mejilla recargada en la palma de su mano, mirando constantemente el reloj y soltando suspiros desganados.

entonces recordó lo que había sucedido días atrás con el menor. recordó lo bien que lucía su polla dentro de la rosada boca del menor, y cómo luciría entre sus nalgas, follándolo fuerte. ese sólo pensamiento logró despertar a su mini jos, sintiendo cómo le ahorcaban los pantalones ajustados del trabajo, al igual que la corbata comenzaba a asfixiarlo.

sonrió, tenía una buena forma de descargar todo.

dio un brinco fuera del sofá y se dirigió a la cocina, tomó el biberón del menor que se encontraba en la mesa y subió a su habitación. estando dentro bajó sus pantalones junto con sus bóxers. y pensando en su lindo niño comenzó a tocarse, dando pequeñas caricias en la base de su pene para terminar en la punta, dando un pequeño apretón ahí.

jadeando, pensó en lo bien que se sentiría el apretadito culo del menor al rededor de su polla, tenerlo debajo de él pidiéndole más o soltando su nombre en agudos gemidos, con su rostro colorado y sudado. pasó su mano por toda la longitud de su pene, subiendo la velocidad de ésta. volvió a tener el recuerdo de alonso entre sus piernas, comiéndole la polla mientras no dejaba de mirarlo con su linda inocencia en los ojos. cómo tragó gustoso toda su blanquecina esencia, mientras repetía qué tan buen sabor tenía y que le gustaría probar más.

imaginó su lindo rostro manchado de su semen, juró por un momento, por la excitación, escuchar los dulces gemidos de villalpando, y que no era él quien se tocaba, sino alonso; lo hacía tan bien y con tanta dedicación que sintió un cosquilleo en la parte baja de su estómago. rápido tomó el biberón, quitando el chupón y lo colocó en la ranura de su pene, corriéndose dentro de éste. llenándolo a tope.

colocó el chupón y se recostó en la cama con la respiración agitada, aún abrumado por la reciente corrida.

ya pondría contento a su niño con aquella leche que tanto le gustaba.

(•••)

el pequeño estaba acorralado en algún rincón de la habitación con su trasero entre las grandes manos de canela, ya que éste, al verlo atravesar la puerta principal con aquella faldita corta, que al dar un brinquito a su regazo dejó ver sus bragas, no pudo contenerse a devorarle la boca al niño.

el menor era todo un lío en gemidos y jadeos, dejando escapar también varios suspiros en medio de los voraces besos que el ojimiel le brindaba. canela tomó los bordes de sus braguitas y comenzó a bajarlas lentamente, tanteando entre sus cachetes en busca de su entrada, mientras el menor tomaba la camisa del ojimiel arrastrándolo a la cama, sentándose en su regazo.

jos lo separó. —mi amor, tengo algo para ti.

el ojiazul lo miró juntando amabas manos frente a él emocionado, mientras los ojos le brillaban.

—¡uau, jossy! ¿qué es? –comenzó a dar brinquitos sobre el miembro de canela, haciendo una mueca al sentirlo aún más duro, pegándole en el trasero.

jos apartó al menor, poniéndose en pie para acercarse a la pequeña mesita de noche y tomar el biberón en el que hacía unas horas se había corrido.

¿no la extrañabas, nene? –sonrió ladino y coqueto, acercando a villalpando por las caderas y tendiéndole el biberón.

alonso lo miró sonriente, pero claro que la había extrañado. y no pudo evitar pensar cómo sería sentir aquella deliciosa y espesa leche bajándole por los muslos desde su entrada, él jadeante y debajo de su daddy.
cómo le gustaría ver eso.

—oh, daddy, claro que sí. –tomó el chupete y comenzó a succionarlo, saboreando aquella bebida que tanto había anciado los últimos tres días. miró a canela a los ojos, pasando su lengua por el contorno del chupón, sabiendo que su daddy amaba que fuera tan descarado.

—joder, precioso, estás jugando con fuego. –murmuró por el contorno de su cuello, su blanquecina piel insitándolo a marcarla con moretes dejando en claro que aquel chico sumiso era suyo.

el menor soltó un gemido, con el chupón entre sus dientes. —quiero quemarme. –pasó ambos brazos por el cuello del mayor y enredó sus delgados dedos en los cabellos azabaches que le crecían en la nuca.

las hormonas de jos eran un completo lío, y no pudo contenerse más al escuchar las palabras salientes del lindo pelirrojo frente a él. tomó fuertemente sus caderas y tanteó por su faldita en busca del botón para deshacerse de ésta y quitó el sweater que llevaba. dejándolo completamente desnudo, a su merced.

le enredó las piernas en su cadera y lo recostó sobre las suaves colchas.

un caminito de besos comenzó en el cuello de villalpando para después bajar a su depilado y blanquecino pecho, cómo lo volvía loco que su niño fuera tan delicado en cuanto a su imagen. sonrió, bajando vista a dos pequeños y rosados botones en el pecho del menor. quizá alonso no lo había notado, pero tenía una obsesión con sus pezones.

rápidamente quitó sus pantalones y bóxers, consumido por la excitación y el deseo de llegar lo más pronto posible a un orgasmo, uno que seguro sería el mejor de su vida y el primero en muchos que el menos gustosamente le brindaría cada vez que él quisiera.

con una mano juguetona, bajó por el trasero del menor y metió sin previo aviso un dedo a su arrugado agujero.

'cielos, jossy' gruñó el pequeño, arqueando la espalda apretujando sus piernas más contra la cadera del mayor. —no, no, no. deja los juegos, papi. follame ya. –lloriqueó, mordiéndose los labios para evitar chillar como un niño caprichoso.

—dios, precioso, voy a romperte el lindo culo que tienes. –y sin aviso alguno, embistió de una sola estocada al pelirrojo, sacándole un agudo gemido.

enredó una de sus piernas en su cadera y la acarició suavemente por toda su longitud, desde su inicio hasta el tobillo. delicada y libre de vello. literalmente, cada vez que le miraba sentía venirse en sus pantalones. ese niño era tan caliente que podía jurar moría de la excitación que le provocaba.

alonso era un total desastre en gemidos y jadeos, soltando una que otra vez un par de chillidos por el placer casi increíble que le provocaba tener aquella polla dentro suyo, tocando sin cesar su punto dulce, insitándolo a llegar a su tan esperado orgasmo.

las embestidas eran rápidas pero sin dejar el toque cariñoso, una mano grande y rasposa envolvió la pequeña cintura de alonso, apegándolo más a su cuerpo.

después de algunos azotes y embestidas más; con un leve gruñido, el pelinegro dejó correrse en el interior de villalpando, pintando sus paredes de un color blanquecino.
había sido su mejor orgasmo, uno de muchos.

las piernas del menor temblaban, sintiendo hilillos de semen recorrer sus muslos desde su entrada. qué bien la había pasado.

canela recostó mejor a ambos y se arropó con las sábanas, sintiendo al chiquillo recostarse en su pecho.

—papi, ere muy bueno en esto. –sonrió, acomodándose mejor en el pecho del ojimiel.

—lo sé, princesa. aunque, bueno, tú eres un jodido dios en esto. –besó sus labios de nuevo, comenzando a tantear de nuevo su entrada. —¿no quieres una segunda ronda? porque yo sí.

y, con una sonrisa, el menor se metió en un movimiento la polla de su papi.







no tendrá más de 2 partes, jé

❝警察❞┇milk⇢jalonso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora