Intenté enfocar mi vista hacia ese tumulto y comprobar que no estaba teniendo algún tipo de visión o alucinación debido a una obsesión que me negaba a admitir. Ladeé mi cabeza hacia la izquierda, luego hacia la derecha, y después de cabecear como un ganso durante unos minutos pude verlo: efectivamente era el. Reía y golpeaba amistosamente a un chico un poco más alto que el. En este intervalo de tiempo no pude verle la cara con claridad, solamente de perfil y de espaldas. Era lindo, de eso no había dudas. No quería pensar lo que estaba pensando pero se me hacía inevitable.
- ¿Quién es quién?- preguntó Destiny lo suficientemente alto como para sacarme de mi trance hipnótico.
- Yo... Digo el... O sea nosotros...
- Vosotros, ellos, ¿En serio vamos a repasar los pronombres personales ahora? Que conveniente- soltó Destiny poniendo cara de aburrimiento.
- No no, olvida lo que dije- dije sin dejar de mirar al grupo de personas. No se que me pasaba pero no quería perderle de vista.
- Intentaste decir mejor dicho. No pudiste armar una sola frase mi querida, ¿Vas a decirme o tengo que ponerme intensa? Porque si así lo quieres tranquilamente puedo hacerlo.- y dicho eso empezó a jalar mi uniforme de un lado a otro y despeinándome para que le dijera la verdad.
- ¡Está bien!- solté acomodándome el pelo sin dejar de intentar sacármela de encima- Te voy a resumir los hechos: conocí a un chico que...
- ¡Un chico! ¿Quién es?- gritó eufórica.
- ¡Shhhh! Por favor guarda silencio- supliqué- Ahí está el problema: no se quien es. La primera vez que lo vi fue por un choque accidental que tuvimos afuera de mi salón. Me confundió con una amiga suya. Quise preguntarle el nombre pero ya se había marchado.
- Demasiado misterio para mi. Cuando un chico me parece guapo, voy y me lo tiro. No hay mucha ciencia. Ni siquiera pregunto el nombre- dijo mi amiga teniendo nada de tacto.
- Esto es diferente. No me lo quería... tirar. Ni siquiera pensé en eso- concluí
- Tengo una duda- dijo
- ¿Por qué eso no me sorprende?- dije con una ironía divertida
- No sé como parar de reír, me duele el estómago en serio- soltó Destiny doblegando la dosis de ironía en sus palabras- Mi duda es: ¿qué tiene que ver tu chico misterioso con tu reacción al ver ese grupo de chicos?
- Justamente. Ahí estaba el. En ese mismo grupo.
- ¿Puedes señalarlo?
Me giré para señalar al "chico misterioso". Tiene que ser un chiste, pensé. El patio estaba vacío. Totalmente vacío, y lo peor era que ni siquiera alcancé a ver hacia donde se dirigió el grupo.
- Bueno, bueno. Parece que el chico misterioso no quiere ser visto- concluyó Destiny al ver mi cara de sorpresa mezclada con decepción mirando el patio vacío.- Por lo menos dime como era, conozco a todos los chicos de nuestra edad y mayores también. Si es lindo y tiene algún rasgo en particular se seguro sabré quien es de inmediato.
- Pues, ojos claros, más o menos de mi altura, una sonrisa hermosa que se nota más cuando se ruboriza, cabello castañ...- me detuve al notar la mirada pícara de Destiny. Repasé rápidamente que había dicho para que pusiese tal cara y de inmediato me di cuenta que lo de "sonrisa hermosa" había estado demás.
- Tenemos que encontrar a ese ángel- dijo Destiny.
- Luego, ahora entremos que se hace tarde.
Las horas se hicieron eternas. Más de lo normal se podría decir. A lo mejor depende de que asignaturas tengas: no es lo mismo tener dos horas de Química que tener dos horas de Arte. Una se me hacía más fácil y divertida que otra, por lo tanto, mi aburrimiento dependía de esos factores. Con Destiny en mis clases era todo más sencillo; tuve suerte debo admitir, no aceptaban a cualquiera en mi colegio y que ese alguien fuera justo mi nueva amiga era tener mucha suerte. Sin contar que la habían admitido un día después del comienzo de clases, pero hay que decirle: sus calificaciones eran realmente buenas y merecían tal decisión fuera de lo común tomada por las autoridades.
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Demuéstralo
Teen FictionNo creo en promesas ni en el "para siempre". No doy confianza ni tampoco espero obtenerla de nadie. No confío en palabras, sólo en muy pocos hechos. Si quieres permanecer en mi vida, demuéstralo.