El Caballero Sombrío [Killing Stalking AU]

1. Es tiempo de reir

Los días eran monótonos y repetitivos para Seungbae. Los crímenes que había estado investigando no salían de pequeños incidentes de robo o agresión. Estaba llegando a pensar que todos sus años en la academia habían sido en vano. Él era uno de los mejores detectives de Seúl, pero su potencial estaba siendo opacado por una tasa baja de criminalidad. No tenía otra opción más que resignarse, ya que una ciudad con poca actividad delictiva, significaba tranquilidad, y eso era la razón por la cual decidió volverse detective.

La noche cubría la estación de policía. Era un edificio algo antiguo, pero con una arquitectura atractiva, sin embargo, a causa de las remodelaciones disparejas, la belleza del edificio fue desapareciendo.

El quinto vaso de café que yacía vacío en su escritorio le indicó que ya era momento de retirarse. Había estado revisando un expediente varías veces tratando de encontrar algo raro en el criminal, pero tuvo que admitir que era simplemente un delito menor, y lo más que podría recibir era a lo mucho, un par de años encarcelado.

—Deja de romperte la cabeza con ese expediente, Seungbae —le aconsejó un compañero—. El tipo solo era un viejo alcoholizado que necesitaba dinero para licor, y la víctima solo estaba en lugar y momento equivocado.

—¿Cómo se encuentra? —preguntó dejando el expediente encima del archivo junto a su mesa.

—Está bien, las puñaladas no dañaron órganos, así que estará de fuera del hospital en unos días.

—Bien.

Seungbae se levantó y tomó su chaqueta, poniéndosela.

—Supongo que es todo por hoy —dijo mientras comenzaba a caminar.

—Oye, los demás y yo iremos a cenar ramen, ¿no quieres venir con nosotros?

—Gracias, pero no puedo.

—¿Es por el chico verdad? —suspiró su compañero— sí que me tomó por sorpresa que te hayas hecho cargo de él, y más cuando prácticamente es un adulto.

—Pasó por algo muy grave y estaba solo, Jinho.

—Bueno, en eso tienes razón —Jinho silbó levemente—. Su tío lo mantuvo encerrado muchos años, no quiero ni recordar lo que le pasó. Su expediente es muy indigerible para leer.

—Lo sé, fui yo mismo quien escribió su testimonio.

—¡Pero mira que humildad! El gran Detective Yang resolvió un caso de secuestro cuando nadie pensaba que era eso.

—Calla, idiota —dijo riendo.

—Vale, fuera de broma, fue muy inteligente de tu parte, ese caso estaba por cerrarse y tú insististe, eres admirable. ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿dos o tres años?

—Ya casi son tres.

—Vaya héroe —bromeó su compañero y amigo.

—Ya, ¿Qué no tienes que irte?

—Oh, sí, cierto. Nos vemos mañana, Sherlock —bromeó mientras estaba lo suficiente lejos de él como para que no le tirara algo.

—¡Mañana te la verás conmigo! —Amenazó, pero Jinho ya había cruzado la puerta.