A mi pequeña;
La que me pelea cuando cree que no le doy los abrazos suficientes, la de los mil antojos imposibles de satisfacer, la que llora entre mis brazos porque sí, esperando mil palabras cursis de mi boca. Esa pequeña caprichosa que me hace ver un mundo demasiado infantil, demasiado tierno, demasiado ingenuo; mi niña consentida, la que quiere todo a su manera, cuando a ella le apetezca, de la manera que decida. La que se entretiene mientras deja su cabello en mis manos; a la que consiento, a la más quejosa.
A mi mujer;
La que calla mis locuras con un solo comentario, la que le quita la gravedad a mis problemas y me la da a mi para que aterrice; esa mujer fuerte, coherente y decidida, con la palabra sensualidad escrita en su cuerpo. A mi mujer, la que sabe lo que hace, la que me guía, esa persona adulta a la que admiro; la que me regaña cuando no hago algo bien, la que me enseña.
A mi princesa; con la fuerza de una guerrera y la ingenuidad de un ángel, la que lleva en su interior esa combinación perfecta.
A ti; te amo.
